BEIJING, 19 dic (Xinhua) -- La venta de armas por valor de 1.830 millones de dólares de Estados Unidos a Taiwan no hace ningún bien a las relaciones a través del Estrecho de Taiwan y Washington debe poner fin a esa conflictiva disposición de una vez por todas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos notificó al Congreso el miércoles un acuerdo por 1.830 millones de dólares para vender dos fragatas de misiles guiados clase Perry, misiles antitanque, vehículos de asalto anfibio AAV-7, misiles tierra-aire Stinger y otro equipo militar a Taiwan, a pesar de la fuerte oposición de Beijing.
Han pasado 33 años desde que Washington acordara reducir gradualmente su venta de armas a Taiwan y, finalmente, detenerla.
En lo que se conocen colectivamente como los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos, las bases políticas de las relaciones entre los dos países, Washington apoyó oficialmente la política de una China, y acordó respetar la soberanía nacional y la integridad territorial de China y abstenerse de vulnerarlas.
Lamentablemente, la venta de armas de Estados Unidos todavía no ha llegado a su debido fin, por lo tanto, no ha logrado cumplir sus promesas, ha complicado las relaciones a través del Estrecho y ha puesto en tela de juicio que Estados Unidos, un autodenominado guardián de la paz mundial, esté tan decidido respecto a la paz en el Estrecho, después de todo.
Washington basa sus ventas de armas a Taiwan en una falacia sobre proteger la isla de una supuesta amenaza militar de la parte continental de China.
Hacer eso es ignorar deliberadamente la postura inequívoca de Beijing sobre la cuestión: la reunificación pacífica de la patria.
De hecho, la parte continental de China y Taiwan, después de atravesar décadas de enfrentamiento militar y división, han registrado un importante acercamiento en los lazos desde 2008.
Los años que siguieron han sido testigos del más pacífico y estable período en los 66 años de historia de las relaciones entre ambos lados del estrecho, con regulares consultas pacíficas, paquetes de acuerdos comerciales firmados y un aumento de los intercambios entre personas.
El mes pasado, Xi Jinping y Ma Ying-jeou se reunieron en Singapur, en la que fue la primera reunión entre los líderes de ambos lados del Estrecho de Taiwan desde 1949, un hito en las relaciones entre ambos lados del Estrecho.
El acuerdo por valor de 1.830 millones de dólares de Washington no sirve para nada más que para estrangular ese impulso tan difícilmente conseguido. Ha puesto balas en manos que estaban tendidas hacia ramas de olivo.
Esa decisión pone a Washington en una situación difícil para renegar de sus compromisos sobre la cuestión de Taiwan.
Las anteriores ventas de armas a Taiwan por parte de Estados Unidos no han desempeñado ningún papel positivo en la mejora de las relaciones entre ambos lados del Estrecho, y han ido en detrimento de las relaciones integrales entre China y Estados Unidos.
Aquellos dispuestos a remover problemas en el Estrecho de Taiwan deberían tener en cuenta que China tiene la voluntad inquebrantable de defender su soberanía e integridad territorial.
En el camino para establecer un nuevo tipo de relaciones entre grandes países, China y Estados Unidos deben seguir los principios de cooperación de beneficio mutuo, respetar mutuamente sus respectivos intereses fundamentales y principales preocupaciones y manejar adecuadamente las diferencias mediante el diálogo y la negociación.