BRASILIA, 18 dic (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Roussefff, designó este viernes al economista Nelson Barbosa, quien estaba al frente del ministerio de Planeamiento, para asumir el ministerio de Hacienda, anunció esta tarde el Palacio de Planalto.
El nuevo jefe del equipo económico sustituirá al liberal Joaquim Levy, quien había manifestado divergencias con la mandataria sobre la meta fiscal del año próximo, y sufría un fuerte desgaste por la recesión que atraviesa la mayor economía de Suramérica.
Para el lugar de Barbosa, Rousseff nombró al ministro de la Controladuría General de la Unión, Valdir Simao.
La designación de Barbosa, un técnico de orientación desarrollista y hombre de confianza de Rousseff, representa un giro del gobierno en materia económica en busca de una política que promueva la recuperación y el crecimiento.
Levy, quien asumió el cargo el 1 de enero, en el inicio del segundo mandato de Rousseff, llevó adelante una dura política de ajuste con pocos resultados efectivos.
Según las últimas estimaciones, en 2015 la economía brasileña terminará con un déficit fiscal de 2 por ciento y una retracción económica de al menos 3,6 por ciento, el peor resultado en 25 años.
La salida de Levy ocurre 24 horas después de la que agencia de clasificación de riesgo Fitch rebajara el rating soberano brasileño para el llamado "grado especulativo", de la misma forma que la agencia Standard & Poor's lo hiciera en setiembre pasado.
La expectativa es que Barbosa adopte una política más expansionista, con mayor intervención estatal en el proceso económico, con promociíon del crédito para el consumo y la inversión y reducción de la tasa de interés.
El nuevo ministro de Hacienda es doctor en Economía por la New School for Social Research (Nueva York, Estados Unidos) y fue el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda entre 2011 y 2013, durante la gestión de Guido Mantega.
Las diferencias entre las principales figures del equipo económico brasileño se extendieron durante todo el presente año.
Levy defendía un ajuste fiscal severo, con aumento de tributos y corte de gastos, y Barbosa, en sintonía con la presidenta, pretendía un proceso más gradual que permitiera políticas de inversión destinadas a apuntalar la actividad económica.
Para 2016, Levy proponía una meta de superávit primario del sector público de 0,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que Rousseff quiere que sea de 0,5 por ciento para garantizar la plena continuidad de los programas sociales.
Esta mañana, el ministro jefe de gabinete, Jaques Wagner, había reafirmado que la responsable por la política económica del gobierno es la presidenta Rousseff.
Los rumores sobre la posible salida de Levy se habían acentuado después de que el ministro saliente dijera el jueves a los miembros del Consejo Monetario Nacional (CMN) que "posiblemente" no estaría en la próxima reunión de enero.
Esta tarde, antes de dejar el cargo, el ministro divulgó una nota en que afirmó que llegaba al final del año "preocupado con la situación del país, particularmente con la de la economía".
"Sobre todo, después del rebajamiento (del rating brasileño) por otra agencia de riesgo, lo que nos saca de la lista de países con grado de inversión. Pero mantengo una gran confianza en la capacidad de recuperación de nuestra economía y del potencial de su crecimiento", afirmó.
