BEIJING, 18 dic (Xinhua) -- Las ventas de armas por valor de millones de dólares a Taiwan no contribuyen nada a las relaciones a través del Estrecho de Taiwan, y Washington debe suspender el incitador acuerdo de una vez por todas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos notificó el miércoles al Congreso sobre un acuerdo de 1.830 millones de dólares para vender dos fragatas clase Perry con misiles guiados, misiles antitanques, vehículos anfibios de ataque AAV-7, misiles tierra-aire Stinger y otros equipos militares a Taiwan a pesar de la fuerte oposición de Beijing.
Han pasado 33 años desde que Washington acordó reducir gradualmente su venta de armas a Taiwan y, finalmente, cesarla por completo.
En lo que se conoce colectivamente como los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos, la base política de las relaciones entre los dos países, Washington oficialmente apoyó la política de Una Sola China, y acordó por lo tanto respetar la soberanía nacional y la integridad territorial de China, y abstenerse de infringirlas.
Lamentablemente, la venta de armas de Estados Unidos continúa, con lo que incumple sus promesas, complicando las relaciones a través del Estrecho y pone en duda si Estados Unidos, un autoproclamado pacificador mundial, desea la paz entre ambos lados del Estrecho después de todo.
Washington basa su venta de armas a Taiwan en una falacia de proteger a la isla de la llamada amenaza militar de la parte continental de China.
Al hacerlo, deliberadamente ignora la inconfundible postura de Beijing sobre el asunto: la reunificación pacífica de la patria.
De hecho, la parte continental china y Taiwan, después de librar décadas de confrontación militar y división, han tenido una significativa mejoría en sus relaciones desde 2008.
Los años siguientes fueron el período más pacífico y estable en los 66 años de historia de las relaciones entre ambos lados del Estrecho, con consultas regulares pacíficas, numerosos acuerdos comerciales firmados y un aumento en los intercambios entre personas.
Apenas el mes pasado, Xi Jinping y Ma Ying-jeou se reunieron en Singapur en la primera reunión entre líderes de las dos partes del Estrecho de Taiwan desde 1949, un hito en las relaciones entre ambos lados del Estrecho.
El acuerdo comercial de armas de 1.830 millones de dólares de Washington no sirve más que para estrangular lo que con tantas dificultades se ha impulsado. Ha puesto balas en las manos que estaban tendidas por ramas de olivo.
Esa acción pone a Washington en una difícil posición al renegar de sus compromisos sobre al asunto de Taiwan.
Las anteriores ventas de armas de Estados Unidos a Taiwan no han tenido una aportación positiva para mejorar las relaciones entre ambos lados del Estrecho, y han sido en detrimento de las relaciones generales entre China y Estados Unidos.
Quienes buscan provocar problemas en el Estrecho de Taiwan deben tener en mente que China tiene la inquebrantable determinación de defender su soberanía e integridad territorial.
En el proceso para establecer un nuevo tipo de relaciones entre grandes países, China y Estados Unidos deben seguir los principios de cooperación ganar-ganar, respetar los intereses fundamentales y las principales preocupaciones del otro, y manejar apropiadamente sus diferencias a través del diálogo y las negociaciones.