BEIJING, 16 dic (Xinhua) -- El fundador de los servicios de internet alemanes, Werner Zorn, ayudó a Beijing a mandar su primer correo electrónico al mundo hace 28 años. Decía: "Atravesando la Gran Muralla, podemos llegar a cualquier esquina del mundo".
Sin embargo, hoy día, China, junto a otros países en vías de desarrollo, se encuentra atrapada todavía en la selva debido a la creciente brecha digital y a la ausencia de una gobernación conjunta.
Esta brecha, una distancia tecnológica que separa a los países en vías de desarrollo de las naciones desarrolladas a nivel internacional, es, en gran parte, resultado de la arrogancia de algunos países occidentales, así como de su monopolio en tecnologías de la información y la comunicación.
Por ejemplo, el sistema nervioso central del internet mundial, con 13 servidores raíz, está dominado totalmente por Occidente: Estados Unidos dispone de diez, mientras Reino Unido, Suecia y Japón tienen uno cada uno.
La cada día más ancha brecha resulta perjudicial para la estabilidad y el desarrollo sostenible de la comunidad internacional, y provoca anarquía en el ciberespacio, transformándolo, en cierta medida y de forma gradual, en una "selva de Hobbes" en que la voz del más fuerte influye en la suerte de los más chicos.
Además, ha comenzado a causar efectos secundarios, como los delitos cibernéticos e incluso el ciberterrorismo, porque acelera la desigualdad social, lo que da lugar a un terreno fértil para el extremismo.
Igual que China, EEUU también es víctima de la anarquía cibernética y los referidos efectos secundarios.
El tiroteo ocurrido recientemente en el sur de California, donde dos atacantes, radicalizados por la fanática propaganda del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en internet, abrieron fuego contra gente inocente, ha enviado un claro mensaje al Tío Sam y a sus aliados occidentales de que deben compartir y gobernar el ciberespacio con otros.
Después de todo, la ley de la selva es implacablemente justa para todos y, a largo plazo, ni favorece a EEUU por su predominio, ni discrimina al EI por su extremismo.
En este sentido, la inauguración de la segunda Conferencia Mundial de Internet este miércoles en la ciudad oriental china de Wuzhen, cuyo lema es "Un mundo interconectado compartido y gobernado por todos: Construir una comunidad con un futuro común en el ciberespacio", es una oportunidad para las naciones amenazadas por la ley de la selva.
Si quieren salir de la selva, deben tener en cuenta tres cosas.
Primero, trabajar en equipo. Tratarse uno al otro con respeto e igualdad. El egoísmo y la hegemonía sólo conseguirá arruinar la misión. Por eso los fuertes como EEUU deben aprender a cooperar si desean derrotar a enemigos comunes como la ciberdelincuencia.
Segundo, compartir. No dejar a los pequeños fuera del combate. Ayudarles a crecer. Si no, se convertirán en cómplices de la selva. Los países occidentales que disfrutan de las ventajas tempranas de la tecnología de la información deben aflojar sus restricciones en la transferencia tecnológica a los países en vías de desarrollo.
Tercero, gobernar juntos. No buscar nunca la hegemonía en la toma de decisiones. Existen muchos caminos para salir de la selva y el que uno elige quizá no es conveniente para otros. La gobernación del ciberespecio necesita la participación de todos y todas las voces deben ser escuchadas antes de adoptar cualquier decisión final. Fin