PARIS, 9 dic (Xinhua) -- La vicepresidenta y enviada especial del Banco Mundial para el cambio climático, Rachel Kyte, dijo hoy que China ha puesto un "buen ejemplo" en la integración del control de cambio climático y el desarrollo económico y social nacional.
Kyte indicó en la actual conferencia del clima de París que las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés) de China incluyen un paquete de metas "duras", como alcanzar el punto máximo de emisiones para 2030 y lograr una proporción de 20 por ciento de combustibles no fósiles en la mezcla de energía primaria para el mismo año.
"Pero de manera más importante, las INDC de China abarcan en detalle las políticas nacionales y sectoriales y definen las maneras en la que los objetivos relacionados con el cambio climático pueden ser integrados en los planes económicos y sociales nacionales", indicó Kyte en un evento organizado en el Pabellón de China, durante las conversaciones climáticas de París.
"Elogiamos los esfuerzos de China para alcanzar sus planes de desarrollo de bajas emisiones de carbono en una estrategia general de reestructuración y reequilibrio en su economía y hallar un nuevo modelo de desarrollo", agregó Kyte.
De acuerdo con la enviada, abordar el cambio climático implica manejar de manera efectiva la economía de un país. Las INDC deben ser consideradas como conductores importantes para la innovación y el desarrollo de bajas emisiones de carbono, aunque la integración, en particular, y una transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono, en general, son muy desafiantes para muchos países en desarrollo.
La vicepresidenta del Banco Mundial indicó que en la práctica, un manejo efectivo de la economía respecto al cambio climático implica, entre otras cosas, enviar fuertes señales políticas, aclarar las metas a largo plazo y fijar un precio al carbono.
Kyte señaló que a pesar de todos estos desafíos e incertidumbres, la implementación de las INDC de China ofrece oportunidades económicas y beneficios ambientales enormes, como numerosos beneficios de salud, así como posibles impactos positivos en el empleo y mejoras tecnológicas en muchos sectores de la economía.
Alrededor de 180 países han hecho sus propuestas y definido sus metas de mitigación para el mundo después del año 2020.
