BEIJING, 3 dic (Xinhua) -- La importancia del sector alimentario ha crecido en las exportaciones de América Latina a China en un contexto de bajada de los precios de las materias primas y otros artículos de exportación tradicionales, según un artículo del rotativo local China Daily.
Durante años, el mineral de hierro de Brasil, el petróleo de Venezuela, el cobre de Chile y Perú, la soja de Argentina, entre otros, fueron las exportaciones típicas hacia China, que proporcionaron grandes cantidades de dinero en efectivo a los países de origen para sus proyectos de infraestructuras y programas sociales.
De 2000 a 2013, el comercio entre América Latina y China creció a una media del 27 por ciento anual, mientras que entre la región y el resto del mundo registró una subida de un 9 por ciento anual, de acuerdo con el artículo.
El petróleo, el mineral de hierro y la soja representan el 80 por ciento de las exportaciones de la región a China, que importó un 40 por ciento de la producción global de soja, un 20 por ciento del cobre y un tercio del mineral de hierro. Esto alimentó la complacencia y la dependencia, haciendo caso omiso de los consejos del Banco Mundial, que ha defendido la necesidad de diversificar las exportaciones, de acuerdo con el periódico.
También muestra las debilidades estructurales de las economías latinoamericanas, que quedaron en evidencia en 2015, cuando una tormenta perfecta mostró lo costosa que puede ser esta falta de diversificación de las exportaciones.
Los precios del petróleo cayeron de 105 dólares por barril a menos de 50 dólares. Los del cobre registraron un descenso constante hasta alcanzar un mínimo en seis años en noviembre de 2015. Los del mineral de hierro se desplomaron al pasar de 187,18 dólares por tonelada en febrero de 2011 a 52,74 dólares en octubre de 2015. Además, China se está transformando en una economía de consumo interno, en lugar de basarse en la manufactura constante.
En estas circunstancias, América Latina ha recurrido a otra fuente de exportaciones, que es la agricultura, según el diario.
Después de todo, la soja ya estaba en la cesta de las exportaciones más importantes a China y han superado al mineral de hierro como la mayor exportación al país asiático. Este producto es ya la principal exportación de Brasil, Argentina y Uruguay a China.
La desaceleración del desarrollo económico de China no afectará a sus importaciones de alimentos, que se prevé que se dupliquen para 2050. Uno de los éxitos más importantes del Partido Comunista de China en las últimas décadas ha sido su campaña de erradicación del hambre y, para consolidar esto al tiempo que crece la clase media en el país, garantizar la seguridad de los alimentos es una obligación, de acuerdo con el periódico.
Es una buena noticia para los campesinos latinoamericanos, pero no debe pensarse que China absorberá todo lo que produzcan. La importancia de la soja en las importaciones de China se debe a la gran demanda del país de cereales y semillas oleaginosas. Además, el gobierno chino ha tomado medidas para estimular a los agricultores para que cultiven maíz, lo que aumenta también la demanda de las importaciones de soja.
Pero esto coincide con una menor demanda de otros productos de importación como el café, el azúcar o la fruta, que no han registrado un ascenso tan rápido en los últimos años.
Los mariscos han sido uno de los productos constantemente preferidos de los chinos, de lo que Perú se ha beneficiado, pero otros países como Chile han llegado tarde. Los países latinoamericanos con poca diversificación agrícola se enfrentarán con más desafíos para sustituir las materias primas por los productos agrícolas.
Afortunadamente para ellos, los gobiernos brasileño y argentino, entre otros, han comenzado a tomar medidas para tratar de cambiar los gustos de los consumidores chinos, según el periódico.
La ministra de Agricultura de Brasil, Katia Abreu, lanzó una campaña para que China compre más café y carne. La importación de esta última se ha incrementado rápidamente en los últimos años y China adquirirá 700 millones de dólares de carne de res, carne de cerdo y pollo procedente de Brasil en 2015, frente a los 37 millones de dólares de 2012. Este cambio se debe principalmente al levantamiento en mayo de 2015 de la prohibición china de importar carne de res brasileña, impuesta en 2012 después de que el país latinoamericano registrara brotes de la enfermedad de las vacas locas, señala el periódico.
En noviembre, Abreu visitó Beijing, la capital china, e hizo de la carne de res la prioridad de su agenda.
Por su parte, Argentina está buscando más oportunidades en China para sus productos lácteos, vino, carne y frutas. "La demanda está ahí. Como los alimentos son clave para la economía argentina, nos estamos centrando en estas áreas", indicó el cónsul general de Argentina en Guangzhou, Julio Ferrari Freyre, citado por China Daily.
Además, las compañías chinas están negociando para establecer plantas en Argentina para procesar aceite de cocina, productos lácteos, frutas, hortalizas y carne de res, según Ferrari Freyre.
Una delegación chilena de empresarios y diplomáticos, encabezada por el ex presidente Eduardo Frei, llevó a cabo una gira por grandes ciudades chinas en agosto. La visita, que también incluyó reuniones sobre la industria y la minería, tuvo como objetivo principal atraer a las firmas chinas y a los consumidores del país para que compren productos chilenos. Supermercados chinos colocaron puestos especiales con productos de Chile como uvas, vino, pescado y aceite de oliva.
Con la reducción de las ventajas de la exportación de materias primas y otros artículos, es alentador ver que las economías latinoamericanas no han elegido esperar a que los precios vuelvan a subir, sino que están siendo proactivas en la búsqueda de alternativas, conforme al rotativo.