LIMA, 23 nov (Xinhua) -- El embajador chino en Lima, Jia Guide, y el primer ministro peruano, Pedro Cateriano, ratificaron este lunes que China y Perú fortalecen de manera sostenida su complementación teniendo como fuerzas motrices el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la Asociación Estratégica Integral (AEI) bilaterales.
En sendas exposiciones durante el II Almuerzo de Confraternidad Perú-China, celebrado en un reconocido hotel de la capital peruana ante más de 300 invitados, ambas personalidades destacaron que entre los dos países existen óptimas relaciones y trabajan mancomunadamente con altas tasas de crecimiento económico pese a la incertidumbre mundial.
Jia destacó que Perú es el segundo mayor destino de las inversiones chinas en la región latinoamericana, acumulando más de 14 mil millones de dólares estadounidenses en minería, hidrocarburos, infraestructura y servicios financieros, entre otros rubros, a través de más de 170 empresas chinas.
Asimismo, resaltó el buen sostenimiento macroeconómico del país sudamericano, otorgando garantías jurídicas y estabilidad a las inversiones foráneas como lo reconocen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El diplomático resaltó las políticas chinas de 3x3 (comercio, inversión y cooperación financiera) y de ganancia compartida, recordando los encuentros celebrados entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo peruano, Ollanta Humala, y la visita a Perú en mayo pasado del primer ministro chino, Li Keqiang, que han marcado nuevos pasos en el camino de la fructífera relación.
En ese sentido, Jia puso de relieve el apoyo chino al estudio de factibilidad del ferrocarril Perú-Brasil que habrá de beneficiar a toda la comunidad sudamericana, y la cooperación para la diversificación industrial que espera Perú, contribuyendo con tecnología y manufactura, entre otros puntos.
Por su parte, el premier peruano hizo énfasis en que los megaproyectos cupríferos Toromocho, ya en marcha en la región central de Junín, y Las Bambas, en la andina Apurímac y cuya explotación deberá iniciarse a principios del 2016, a cargo de empresas chinas, tendrán un impacto favorable en el Producto Interno Bruto (PIB) de Perú y, por extensión, en las comunidades campesinas que se encuentran en sus inmediaciones.
"Las inversiones nacionales y extranjeras, una inflación controlada, un respeto irrestricto (ilimitado) a los compromisos internacionales acaso también sean señales positivas de que el país en el ámbito económico ha caminado", manifestó Cateriano.