Por Epifanio Cortés Cedillo
MEXICO, 22 nov (Xinhua) -- El amaranto, planta cuyo fruto es de un gran valor nutricional, ha sido consumido desde la época prehispánica y consumida por culturas como la azteca y tolteca por miles de años antes de la llegada de los españoles, y a pesar de los intentos por desaparecerlo, se mantiene vigente en el gusto de los mexicanos.
El amaranto, cuyo nombre científico es "Amaranthus spp", pertenece a la familia de los amaranthaceae y al género Amaranthus, de cultivo anual y cuya planta puede alcanzar de 0,50 a 3,00 metros de altura.
De acuerdo con fuentes consultadas por Xinhua, existen tres especies principales de amaranto que producen semilla y que, a su vez, son las más apreciadas:
Amaranhtus caudatus: se cultiva en la región de Los Andes y se comercializa como planta de ornato, principalmente en Europa y Norteamérica.
Amaranthus cruentus: es la originaria de México y Centroamérica, donde se cultiva para obtener semilla y grano, pero también se consume como vegetal.
El tercer tipo es el Amaranthus hypochondriacus, que es el procedente de la parte central de México, y se cultiva para obtener grano.
Se trata de una planta con hojas anchas y abundantes de color brillante, espigas y flores púrpuras, naranjas, rojas y doradas.
Aunque es considerado por algunos como un cereal, propiamente dicho es en realidad una fruta, y que ha servido como uno de los alimentos básicos y más nutritivos de los indígenas.
Los amarantos se encuentran en zonas templadas, tropicales y subtropicales del planeta. Se adaptan a casi cualquier circunstancia; desde los ambientes secos, con apenas 300 milímetros de lluvia al año, hasta los muy húmedos con más de dos mil metros.
Su fertilidad se da desde regiones al nivel del mar hasta zonas elevadas a tres mil metros, así como en suelos de alta, mediana e incluso de baja calidad.
El ciclo vegetativo del amaranto tiene un promedio de 180 días, desde que germina hasta que la semilla alcanza su madurez, listo para la preparación de cereales, harinas, golosinas (dulces) y un sinfin de alimentos típicos de México como son los tamales y atoles (bebida).
SUS ORIGENES Y PROPIEDADES NUTRICIONALES
Los europeos lo llamaron "Bledo" y también se conoció como "Alegría", cuyo nombre es el de una golosina de gran tradición, arraigo y consumo entre los mexicanos.
Sin embargo, los goces de este cereal o fruta fueron prohibidos al grado que mandaron a quemar todas las siembras, y su uso estaba penado por razones religiosas y políticas, por lo que casi desapareció por completo.
Aunque no se puede precisar el resurgimiento de este cereal, su uso se debió a un consumo clandestino entre grupos indígenas, que continuó durante cientos de años.
De acuerdo con informes de la Asociación Mexicana del Amaranto, una expedición norteamericana descubrió que una tribu mexicana se alimentaba de esa pequeña semilla-cereal, como en realidad ellos la percibían.
Llevaron el amaranto a Estados Unidos y analizaron su valor nutricional, comprobando que es uno de los cereales más nutritivos que existen y tiene un excelente sabor.
El amaranto posee una cantidad extraordinaria de proteínas, minerales como hierro, fibra, calcio, magnesio, zinc, fósforo, cobre, manganeso, potasio, vitaminas del Complejo B, así como vitaminas A y C.
Es un alimento de sabor suave, muy nutritivo y se digiere muy bien, por lo que es ampliamente recomendado para mujeres embarazadas y ancianos. El amaranto es una gran alternativa para las personas que han desarrollado alergias al trigo.
PRINCIPALES LUGARES DE CULTIVO
Las zonas de producción y cultivo de amaranto en el país latinoamericano son casi las mismas de la época precolombina: el central estado de Puebla es el mayor productor con el 51 por ciento de la producción total nacional.
Le siguen los estados de Morelos y Tlaxcala (centro), así como el Distrito Federal (capital mexicana), el estado de Guanajuato y el de México con el 22,18, 9, 6 y 2 por ciento, respectivamente.
CULTIVO, HERENCIA CENTENARIA
El cultivo de este cereal tiene una gran raíz centenaria entre las familias mexicanas que han heredado esta tradición centenaria, y cuya costumbre la mantienen viva, porque han hecho de esta actividad su forma de vida.
"Desde mis abuelos se dedicaban al cultivo y cosecha del amaranto, y a la elaboración de muchas golosinas y alimentos... Creo que de esto nos seguiremos manteniendo, pues nos deja para vivir bien", dijo el señor Servando Morales.
En entrevista con Xinhua, don Servando señaló que el amaranto se consume principalmente como cereal reventado, de cual se elaboran productos como alegrías, granolas, tamales, atole, pinole y mazapán.
Existen otros productos elaborados como cereales enriquecidos, torillas (obleas), galletas, panqués, horchata, bebidas chocolatadas, hojuelas y harinas, entre otros, mencionó don Servando, en entrevista para esta agencia en su establecimiento comercial ubicado en la comunidad de Santiago Tulyehualco, en la Delegación (subalcaldía) de Xochimilco, en el sur de la capital mexicana.
También se logran -acotó el comerciante- productos industrializados como cereales enriquecidos, harinas, concentrados, extruidos, almidones, aceites y colorantes derivados del amaranto, pues "es un grano muy noble que nos deja para vivir bien", concluyó.
Pero no sólo el amaranto da para los productores, pues miles de familias de escasos recursos del país viven con la venta en calles y banquetas de golosinas elaboradas a base de ese grano, ya que es común ver a vendedores ambulantes ofrecer su mercancía, gracias a las virtudes del mejor alimento de origen vegetal para consumo humano.
