Por Esteban Jesen
BUENOS AIRES, 16 nov (Xinhua) -- Lejos, bien lejos del fútbol que genera millones alrededor del mundo, existe "otro" fútbol, que entrega historias de vidas sacrificadas, de luchas que, muy raras veces, terminan dando frutos parecidos al éxito.
Este último caso es el de Pablo Vicó, entrenador del club Brown de Adrogué, una localidad a 20 kilómetros al sur de Buenos Aires, que el último sábado se consagró campeón de la Primera B (tercera categoría), y ascendió a la B Nacional, la antesala de la Primera División.
La historia de Vicó está signada por la lealtad a ese pequeño club, pero también por la tragedia personal que le tocó vivir en febrero de este 2015, cuando uno de sus hijos falleció tras ser embestido por un grupo de ladrones que huía de un asalto.
Cuenta la historia que el "Flaco", como se lo conoce en el ambiente del fútbol, fue en su juventud un centrodelantero goleador del club, aunque su carrera como jugador pasó totalmente desapercibida.
Sin embargo, su ligazón al "Tricolor" de Adrogué continuaría durante casi toda su vida, y en la década de los noventa el club le dio la posibilidad de trabajar como vigilante nocturno.
Este empleo le permitía residir en una pequeña vivienda construida debajo de una de las tribunas del estadio con capacidad para 4.000 aficionados.
Luego de encargarse de cuidar y alquilar las canchas de tenis del predio, Vicó comenzó a entrenar a niños en el equipo de baby fútbol, y en la década del 2000, en un par de oportunidades, se hizo cargo del primer equipo de manera interina tras la destitución de un entrenador.
Su chance definitiva en el primer equipo la tuvo en 2009, cuando asumió la dirección técnica de la escuadra que penaba por no descender a la cuarta categoría, y desde ese momento ya no dejó el cargo.
A partir de trabajo, convicción y buen ojo para la elección y formación de jugadores, Vicó construyó un equipo que tuvo su momento de gloria en 2013, cuando, tras finalizar quinto en la tabla y ganar el reducido, ascendió por primera vez a la B Nacional.
En ese momento, los medios argentinos pusieron el ojo en la peculiar historia del entrenador que vivía "debajo de la tribuna" del club que comenzaba a codearse entre los grandes.
Y si algo le faltaba a aquel 2013 inolvidable, el destino quiso que en el inicio del torneo de la Primera B, Brown recibiera nada menos que a Independiente, el multicampeón de América que había descendido desde la Primera División por primera vez.
Para sorpresa del mundo futbolístico, Brown daría el golpe en una fría tarde de agosto de 2013 al vencer a los "Diablos Rojos" por 2 a 1 como local.
Las dificultades que plantea en materia económica el torneo de la B Nacional, donde compiten clubes poderosos de la mayoría de las provincias argentinas, hizo que Brown descendiera rápidamente de categoría, aunque sin desentonar pese a la desigualdad de fuerzas.
Nada cambió para la dirigencia del "Tricolor" ni para Vicó, que rápidamente rearmaron al plantel y el último sábado consiguió el título en un final épico, marcando el gol del triunfo frente al Deportivo Morón en el último de los 5 minutos añadidos.
Fue tan grande la emoción del entrenador al consumarse la consagración, que hasta los propios aficionados de Morón le brindaron un cálido aplauso, en un gesto verdaderamente extraño en los estadios argentinos.
"Tuve muchas ofertas. Me ofrecieron mucho dinero, pero yo soy feliz acá, flaco. Sé que esto como empezó, algún día va a terminar, no soy eterno.
"Ponele que no estoy más en el cargo de técnico, y mientras no consiga otro club para trabajar le voy a decir al presidente que me deje quedar acá", contó Vicó a la prensa.
La idolatría por el entrenador que vive a sólo 20 metros del campo de juego, y que algunas mañanas corta el césped de la cancha, llegó hasta la Costa Atlántica argentina, más precisamente a la localidad de San Clemente del Tuyú, 280 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Allí, un empresario inmobiliario fanático de Brown de Adrogué logró nombrar Pablo Vicó a una calle del barrio cerrado Altos del Mar Golf, como para eternizar el nombre que llevó al club a lo más alto de su historia.
Es la historia de Pablo Vicó, considerado el "Ferguson argentino" por los años que lleva como entrenador en el club en el que creció, vive y se dio el lujo de sacar campeón, para trazar su propia leyenda, tanto o más grande que las que construye el fútbol de los millones.