RIO DE JANEIRO, 13 nov (Xinhua) -- La presidenta brasileña Dilma Rousseff viajó hoy a Turquía, donde participará en la Cumbre del G20 con la intención de pedir a los países más ricos que congelen sus subsidios agrícolas para compensar la caída de los precios de las materias primas.
La jefa de Estado llegará mañana sábado a Antalya, donde el domingo tendrá una reunión con los líderes de Rusia, India, China y Suráfrica, países que junto con Brasil integran el foro civil de BRICS.
El Gobierno brasileño, con el apoyo de Argentina y Rusia, instará a los países más desarrollados a no volver a aumentar los subsidios que otorgan a la agricultura, que impactan indirectamente en las economías emergentes.
Rousseff considera que que la mala situación económica de su país se debe en gran parte al impacto de la crisis global en los países emergentes y al desplome de los precios de las materias primas.
Brasil, mayor economía de América Latina, debe tener una contracción en su Producto Interior Bruto (PIB) de más del 3 por ciento este año, el peor resultado en 25 años, unido a una alta inflación y aumento del desempleo, lo que pone en riesgo las mejoras sociales que el país registró en la última década. Fin