Por Zhao Hui
BEIJING, 7 nov (Xinhua) -- El presidente chino, Xi Jinping, reiteró hoy, en su visita a Singapur, el deseo chino de promover la construcción de una comunidad de destino común con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, siglas en inglés).
Esta declaración, una vez más, pone de manifiesto la suma importancia que la nueva dirección china concede a su diplomacia con los países vecinos, desde que Xi asumiese la presidencia en marzo de 2013.
En octubre de ese mismo año, el gobierno chino celebró en Beijing la primera conferencia de trabajo diplomático con los países vecinos en la historia de la República Popular China.
En esa ocasión, y en muchas otras, Xi ha asegurado que el principio fundamental de la diplomacia de China con sus vecinos es tratarlos como amigos y socios, hacer que se sientan seguros y contribuir a su desarrollo.
La significación cada día creciente de los países vecinos en la diplomacia integral de China surge como consecuencia de la transformación estructural que vive la región Asia Pacífico.
En primer lugar, China se ha convertido en el mayor socio comercial de muchas naciones de los alrededores. La interdependencia comercial y económica tiende a generar efectos de derrame positivos en otros terrenos, como el fomento de las relaciones políticas y la cooperación en los asuntos de la seguridad convencional y de la no convencional.
En segundo lugar, Asia, como una de las zonas más vigorosas y prometedoras en el mundo, dispone de un enorme potencial tanto para su propio desarrollo como para alterar la estructura económica global, lo que ha atraído la atención de cierta potencia mundial que busca el reequilibrio en la región.
En tercer lugar, algunos países asiáticos tienen una preocupación "instintiva" por la aparición de una potencia regional, y por eso ejercen la estrategia de apoyarse económicamente en China y, al mismo tiempo, recurrir a otras potencias mundiales en los asuntos de seguridad para restringir la influencia china.
Bajo estas circunstancias, el gobierno chino es consciente de la necesidad de demostrar con acciones prácticas su determinación de seguir la senda del desarrollo pacífico, y explicar con inagotable paciencia su política de vecindad, a fin de tranquilizar a los países que crean que cualquier potencia es propensa a practicar la hegemonía hacia los países vecinos pequeños.
Es cierto que la historia se repite la mayoría de las veces. Siendo el único país hegemónico en el mundo de hoy, Estados Unidos proclamó la "Doctrina Monroe" en el año 1823, etapa inicial de su ascenso, y convirtió a América Latina y el Caribe en su "patio trasero".
Bajo la cortina de la referida doctrina, Washington obligó, con la táctica de "palos y zanahorias", a los vecinos latinoamericanos a abrir sus puertas a las mercancías y al capital del país norteamericano, controlando así el salvavidas económico de los Estados vecinos y llevó a cabo varias intervenciones militares contra los gobiernos elegidos democráticamente pero antiamericanos.
Sin embargo, China no tiene semejanza con Estados Unidos al respecto, tal como el presidente chino indicó este sábado en su discurso pronunciado en la Universidad Nacional de Singapur: "La filosofía del desarrollo pacífico está en los genes de la cultura china".
Históricamente, China nunca ha invadido a otros países. Durante la Dinastía Ming (1368-1644), China era una potencia a escala mundial y contaba con las flotas más poderosas de esa época, que realizaron siete expediciones a los mares del suroeste de China, e incluso llegaron al Cuerno de Africa, sin colonizar ningún lugar.
Desde el establecimiento de la nueva China, el gobierno de Beijing siempre se ha adherido a la política de no alineación, nunca ha buscado la hegemonía, la expansión o las esferas de influencia, y ha abogado por la cooperación basada en el beneficio mutuo con los países vecinos, tejiendo una red estrecha de intereses comunes.
Actualmente, los países de la ASEAN están impulsando la interconexión subregional y acelerando la construcción de infraestructuras a fin de fortalecer el flujo de mercancías y capitales, lo cual coincide con las iniciativas chinas de "la Franja y la Ruta" y del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII).
La actual gira de Xi por Vietnam y Singapur ha reiterado la propuesta china de construir una comunidad de destino común regional, creando sinergias de las estrategias de desarrollo entre China y la ASEAN. Ambas partes buscan elevar el comercio bilateral a un billón de dólares estadounidenses para el año 2020.
No obstante, la idea china de una comunidad de destino común no se limita a los países vecinos y va más allá.
China también aspira a construir una comunidad de destino común con América Latina y el Caribe, teniendo en cuenta los análogos objetivos y ambiciones en el desarrollo económico, el progreso social y el intercambio cultural.
En pasado septiembre, el banco central de China anunció la creación de un fondo de 10.000 millones de dólares para apoyar la cooperación industrial del país con Latinoamérica, ofreciendo financiación a medio y largo plazo a grandes proyectos industriales.
Este anuncio se ha sumado a los compromisos de 20.000 millones de dólares de préstamos especiales para infraestructuras, 10.000 millones de dólares de préstamos preferenciales y un fondo de cooperación China-América Latina de 5.000 millones de dólares, llevando las relaciones sino-latinoamericanas a una nueva etapa de desarrollo común.
Como una receta con sabiduría oriental para la gobernanza global, China eleva la voz, proponiendo crear una comunidad de destino compartido para el ser humano, cuyo eje es forjar un nuevo modelo de relaciones internacionales basadas en la cooperación recíprocamente beneficiosa.
En un mundo cada día más interconexionado, esta propuesta merece mayor reflexión y participación, al mismo tiempo que China continúa inyectando dinámica a la economía tanto regional como mundial y asumiendo mayores responsabilidades globales.
