BEIJING, 6 nov (Xinhua) -- El recién publicado XIII Plan Quinquenal de China ha atraído la atención mundial, en el cual se establecen los objetivos y directrices para el desarrollo de la segunda mayor economía del mundo en los próximos cinco años, cuyo desarrollo y prosperidad beneficiarán al mundo en general.
El desarrollo económico sigue siendo la máxima prioridad de China.
En un momento en el que sus relaciones con la comunidad internacional están cada vez más interconectadas, China, con este importante plan, seguirá siendo un motor dinámico de la economía global durante el próximo lustro.
La propuesta pretende convertir a China en una "sociedad moderadamente próspera" para 2020, a través de mantener un crecimiento medio-alto, potenciar el consumo doméstico como motor de la economía, acelerar el proceso de urbanización y mejorar la vida del pueblo.
En los últimos cinco años, China ha aportado el 40 por ciento del crecimiento de los ingresos globales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía china será un 44 por ciento más grande en 2020, en comparación con el momento actual, lo que significa que China seguirá siendo una fuente principal del crecimiento global.
Desde su reforma y apertura en los años ochenta del pasado siglo, China ha ayudado a más de 600 millones de personas a salir de la pobreza, lo que representa el 70 por ciento a nivel mundial en ese período.
La mejora de la vida del pueblo chino tendrá un impacto directo en los estándares de vida de todos los seres humanos, debido al gran tamaño de la población china. Un pequeño paso en China es un gran paso para el mundo.
En primer lugar, la transformación de la economía china, desde un modelo impulsado por la inversión y las exportaciones a uno orientado al consumo, tiene un efecto colateral sobre otros países, ya que un grupo más numeroso de chinos con ingresos medios generará más demanda de bienes y servicios extranjeros.
En segundo lugar, junto con la apertura, en el nuevo Plan Quinquenal se pone énfasis en la innovación, en el desarrollo coordinado y ecológico y en el compartir experiencias, a fin de establecer una comunidad de intereses compartidos de largo alcance.
La propuesta incide en que China sigue abriéndose al mundo y participando cada vez más en la gobernanza y el comercio globales. El país atraerá más inversión extranjera y, al mismo tiempo, aportará fondos y capacidad industrial extra a otras naciones.
De hecho, a lo largo de los últimos años, China ha ayudado a muchos países en Africa, América Latina y Asia Central a mejorar sus infraestructuras de transporte con sus trenes de alta velocidad, tecnológicamente avanzados y a bajo precio. Estos proyectos han recibido el aplauso de las naciones receptoras.
Es más, China ha incluido la iniciativa de "la Franja y la Ruta" en su XIII Plan Quinquenal, lo que demuestra la determinación del gobierno chino a la hora de promover la cooperación pragmática y de beneficio recíproco entre los países situados a lo largo de las rutas.
Además, también prueba su implicación en la creación de un nuevo patrón de apertura, tanto hacia Oriente como Occidente.
Junto con la iniciativa de "la Franja y la Ruta", el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), impulsado por China, desempeña un rol activo en la financiación de proyectos de infraestructuras en el continente y promoverá el desarrollo sostenible en la región.