CARACAS, 30 oct (Xinhua) -- En los últimos 15 años, Venezuela se ha fijado como meta superar un modelo económico basado en la extracción y exportación de materias primas, para ubicarse como una nación potencial en la generación de productos elaborados.
Para tal objetivo, este país suramericano ha vislumbrado la necesidad de diversificar su economía y así romper con la dependencia de la exportación petrolera, a la vez que se ha planteado desarrollar y apropiarse de nuevas tecnologías con el apoyo de China.
A fines de 2014, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció la puesta en marcha de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), espacios geográficos que permitirán la regionalización del desarrollo productivo de acuerdo a las potencialidades de territorios específicos.
"Las Zonas Económicas Especiales apuntan al futuro de la nación, es la mejor forma de repensar y reorganizar la economía con la participación de todos los sectores productivos, tanto privados como públicos", señaló a Xinhua el teniente coronel de la Fuerza Armada, José Paradas, experto en la materia.
El director de la Oficina de Ambiente y Desarrollo de Puerto Cabello, estado Carabobo (norte), entidad donde se construye actualmente una de las ZEE, explicó que estos espacios persiguen elevar la capacidad exportadora de Venezuela mediante mecanismos como el Mercado Común del Sur (Mercosur).
"Estos espacios o márgenes territoriales tienen un tratamiento especial en cuanto a sector aduanal se refiere. Se orientan a la elaboración y venta de productos alejados de las regulaciones y reglamentos colocados a sectores productivos del resto de la República", puntualizó.
De esta forma las cuatro ZEE iniciales que se construyen en el país, persiguen captar la inversión extranjera y nacional garantizando la creación de aduanas específicas así como la liberación de restricciones arancelarias a la importación de materias primas, insumos y maquinarias.
Esta política ha posibilitado la instalación en territorio venezolano de más de 47 empresas entre las que destacan la empresa china Huawei, China Harbour Engineering Company Ltd (CHEC) y las surcoreanas LG y Samsung.
Otras 100 empresas se encuentran en proceso de solicitud de información, evaluación y negociación con las autoridades venezolanas, según declaró a mediados del año corriente el vicepresidente de Planificación y Conocimiento, Ricardo Menéndez.
Las cuatro regiones donde se instalan actualmente las ZEE cuentan con un elevado potencial en materia de petróleo, industria metalmecánica, textil, energía eléctrica, ciencia y tecnología y petroquímica.
De esta forma, destaca una primera zona económica en la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) "Hugo Chávez", el mayor reservorio de crudo del mundo, ubicada en los estados orientales de Guárico, Monagas, Bolívar, Anzoátegui, y otra en la región de Ureña, estado Táchira (occidente) fronteriza con Colombia.
La tercera ZEE contempla la región de la península de Paraguaná, estado Falcón (norte), donde se destinarán 2.687 kilómetros de territorio para la generación de energía eléctrica, un proyecto destinado a la elevación de la cantidad de megavatios (MW) para suplir la demanda nacional.
Una cuarta zona económica quedará establecida en Puerto Cabello (Carabobo, norte venezolano), el segundo puerto más importante del país, donde además de la promoción de la actividad petroquímica se construye un Puerto de Aguas Profundas que permitirá estrechar lazos comerciales con el Mercosur.
"El Puerto de Aguas Profundas será uno de los puertos más grandes de América Latina después del canal de Panamá y convertirá a Venezuela en una potencia dentro del negocio marítimo portuario internacional", sostuvo el director de Puerto Cabello.
Apuntó que este puerto se dotará de buques de tercera generación con una capacidad de carga de hasta 8.000 contenedores, y además se une a otros proyectos de envergadura implícitos en el desarrollo de la Zona Económica Especial.
Los mismos constan de la ampliación de la refinería "El Palito", una de las más importantes de la nación suramericana después del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) y el desarrollo de nuevas vías terrestres, entre ellas, las ferroviarias.
Asimismo, resalta la culminación del Aeropuerto Bartolomé Salom del estado Carabobo, que ofrecerá al país latino un segundo terminal aéreo de alto nivel "para garantizar un alterno al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía (Vargas, norte)", detalló Paradas.
Junto a estos planes de infraestructura que son de alta importancia y significación para el país, la ZEE de Puerto Cabello (norte) se unirá a la ya instalada Petroquímica de Venezuela (Pequiven) filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para potenciar la exportación de fertilizantes.
Otra estratégica Zona Económica Especial es la de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO), una extensión territorial de 76.560 kilómetros cuadrados, considerada la mayor reserva certificada de crudo en el mundo.
La misma persigue la participación de empresas nacionales y transnacionales en proyectos de PDVSA para procesar el crudo extrapesado proveniente de cuatro bloques: Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo.
Las empresas que participan en la ZEE de la Faja gozan de protección fiscal de los bienes y servicios producidos y tienen preferencias en la producción, instalación de bases petro-industriales, infraestructuras y servicios de soporte.
No obstante la tesis de "entrega de soberanía" que defienden algunos sectores que adversan al gobierno de Venezuela, la ZEE de la zona petrolífera establece condiciones firmes a las empresas foráneas que allí se instalen.
Dentro de los requerimientos se encuentra la apertura de cuentas bancarias en el Sistema de Banca Pública en moneda nacional o extranjera y que haya un 50 por ciento de participación venezolana en las industrias que desarrollen actividades dentro de la FPO.
En 2015, El actual ministro de Petróleo y Minería y presidente de PDVSA, Eulogio del Pino, confirmó la inversión de 15 millones de dólares sólo para la Zona Económica de la FPO.
Misma celeridad cuentan los proyectos de Paraguaná (norte falconiano) y Ureña (occidente tachirense) que cuentan con alrededor de un 75 por ciento de levantamiento de campo, según confirmó a mediados del año corriente el ministro Ricardo Menéndez.
De allí que el arranque definitivo de las ZEE pese a no visualizarse para fines de 2015, se augura para los próximos 3 años junto a otras zonas de desarrollo integral.
Figura entre éstas la Zona Industrial de la isla de Margarita (estado insular de Nueva Esparta) que reunirá a empresas fabricantes de distintos rubros (construcción, medicamentos, alimentos) para exportar al Mercosur.
En este proceso de nueva configuración económica e instalación definitiva de las ZEE, China constituye para Venezuela una importante referencia; por ello ambas naciones firmaron el Plan Conjunto Venezuela-China 2015-2016 que establece que el gigante asiático será parte de la creación de estas regiones.
Dentro de los acuerdos más importantes convenidos entre Caracas y Beijing, destacan notables proyectos de formación técnica y académica, y la instalación en el país suramericano de empresas chinas de líneas amarillas, neumáticos, vivienda y el sector automotriz.
Como ejemplo sustancial de ello, es que un importante número de profesionales venezolanos, en todas las especialidades, se encuentra en China recibiendo preparación por parte de funcionarios, profesores, y expertos en materia industrial, comercial y tecnológica con el fin de establecer las variables que intervienen en la construcción de las Zonas de Desarrollo Económico.
Se ratifica entonces como "un tema de amplia importancia estratégica" el desarrollo de las ZEE, donde como sugirió el ministro Menéndez "el país busca cambiar la visión fragmentaria de sus cadenas productivas para tributar a una de engranaje de esa cadena".
De esta manera, las ZEE se adscriben al Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019 augurando cuantiosas ventajas que más allá de la atracción de capitales, tiene que ver con el desarrollo de un nuevo modelo productivo que logre la meta definitiva de superar el conocido rentismo petrolero.