SEUL, 26 oct (Xinhua) -- Corea del Sur y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) concluyeron este lunes las actividades de una semana de la reunión entre familias separadas por la Guerra de Corea (1950-53).
Cientos de ancianos surcoreanos, que viajaron al pintoresco Monte Kumgang de la RPDC para reunirse con sus parientes del Norte con quienes habían perdido el contacto desde hace mucho tiempo, tuvieron una reunión de despedida a partir de las 9:30 a.m. (00:30 GMT) del lunes, poniendo fin a la segunda etapa del evento de reunión de tres días. La primera ronda finalizó el jueves.
Las actividades, celebradas entre el 20 y 26 de octubre, fueron acordadas entre las dos Coreas a finales de agosto cuando oficiales militares de máximo nivel se reunieron para relajar las tensiones militares en la Península Coreana que llegaron a poner a ambas parte al borde de un conflicto armado.
El sábado, día de inicio de la segunda ronda del evento humanitario, buques navales de Corea del Sur realizaron disparos de advertencia a un barco patrulla de la RPDC tras violar la frontera marítima occidental. La RPDC describió el hecho como "acciones provocativas", criticando fuertemente los disparos.
Durante la reunión de despedida en el tercer y último día del emotivo evento se registraron escenas de llanto en las mesas de la sala de banquete del centro turístico montañoso, según informaciones.
Antes de despedirse de su hermano mayor del Norte, Bae Sang-Suk, un surcoreano de 60 años de edad, pidió "por favor déjenme reunirme (con mi hermano) otra vez. Por favor, déjenme intercambiar cartas (con mi hermano)".
Los participantes, en su mayoría de más de 80 y 90 años, lloraron durante la reunión de despedida pues sabían que sería la última vez para verse y conversar entre sí. No se han permitido los intercambios directos de cartas ni llamadas telefónicas desde que el conflicto coreano finalizara con un armisticio en 1953.
La hija de la anciana de 93 años Lee Keum-Suk, quien viajó al centro montañoso para reunirse con su hijo que vive en la RPDC tras más de seis décadas de separación, dijo que su madre se sintió triste porque no pudo dormir ni siquiera una noche en la misma habitación que su hijo.
A los participantes solo se les concedió 12 horas para estar juntos durante seis sesiones, incluido el almuerzo y la cena en público y dos reuniones comunes, así como una única ocasión en privado.
