Por Victoria Argüello
CARACAS, 17 oct (Xinhua) -- En los últimos 15 años el gobierno de Venezuela ha demostrado al mundo que la voluntad política es determinante para erradicar la pobreza y el hambre, a partir del conocimiento de sus causas, para combatirlas con inversión social.
Esta es la premisa que permite a Venezuela el cumplimiento de los ocho Objetivos del Milenio fijados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para el periodo 2000-2015.
La ONU fijó en el año 2000 ocho objetivos (ODM) de desarrollo humano que los países miembros se comprometieron a cumplir este año (2015), con metas extendidas a 2030, entre los cuales se incluye la erradicación de la pobreza extrema y el hambre.
Los otros siete ODM son enseñanza primaria universal; Igualdad entre los sexos y empoderamiento de la mujer; reducir mortalidad en menores de cinco años; mejorar la salud materna; combatir VIH-sida y malaria; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; y fomentar una lianza mundial para el desarrollo.
Esa tarea ahora se renueva con las 169 metas y los 17 nuevos objetivos trazados en la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 del organismo multilateral.
En el año 2000, más de cinco millones de personas de las 24,5 millones que componían el cuadro demográfico de Venezuela vivían en pobreza, una realidad que 12 años después (2012) cambió al reducirse a poco más de 2,4 millones.
Es así como 2015 registra una reducción significativa de la pobreza al afectar a 4,9 por ciento de la población, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y las autoridades del Ejecutivo venezolano.
Este adelanto representa para el presidente del INE, Elias Eljuri, un producto de la creciente inversión social destinada por el Estado venezolano, que hasta la fecha supera los 500.000 millones de dólares.
Misma apreciación sostiene el sociólogo, Carlos Partidas, quien destacó la alta expectativa de vida que ha generado una negativa firme por parte del Estado a la privatización de los servicios básicos para la población.
"Se detiene la caída estrepitosa que anteriormente se venía observando en materia de derechos sociales, derechos tan importantes como el derecho a la salud sufrían un proceso de privatización", explicó Partidas a Xinhua.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro destina a la inversión social al menos 62 por ciento del producto interno bruto (PIB) y los ingresos en divisas por concepto de la renta petrolera.
Todo ello acompañado de 30 Misiones Socialistas, programas de atención social orientadas a satisfacer las necesidades más urgentes de la población y ofrecer garantías en materia de salud, educación, alimentación, vivienda, entre otras.
En junio pasado el gobierno de Venezuela obtuvo un segundo reconocimiento de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), por sus avances en la erradicación del hambre.
A través de la Misión Alimentación, que comprende cuantiosos programas de distribución de alimentos en su mayoría subvencionados, el gobierno de Venezuela atendió a más de ocho millones de adultos.
Cifra que se une a los 4,3 millones de niños inscritos en 6.920 escuelas que son atendidos gratuitamente mediante el Programa de Alimentación Escolar (PAE), así como al despliegue de programas especiales dirigidos a los privados de libertad y personas en condición de refugiados.
Los ingresos económicos familiares constituyen otro aspecto fundamental, por ello, el Estado garantiza el permanente incremento salarial como forma de contrarrestar además los altos índices de inflación registrados en el país.
El jueves pasado el presidente Maduro decretó un nuevo aumento al salario mínimo y los pagos por bonos de alimentación, que cierra el 2015 sobre una cifra de 16.399 bolívares (2.603 dólares según el cambio oficial).
Dicho incremento a través de la Misión en Amor Mayor (programa dirigido a las personas de tercera edad) involucra a los pensionados y jubilados del país.
Una medida que además se suma a la realidad de la tasa de desempleo en Venezuela que, aunque aún consta de 7,1 por ciento, representa una reducción de más de la mitad en la última década.
De acuerdo con el INE, la calidad del empleo en Venezuela creció 10 puntos frente a un empleo informal que ocupa a cinco millones de personas, cuyos ingresos -según Eljuri- no son bajos.
Otro indicador de la erradicación de la pobreza es el funcionamiento del sistema público de salud, que acentúa las políticas en materia de medicina preventiva y municipalización de la atención sanitaria a través de la Misión Barrio Adentro.
Carlos Partidas, quien también es coordinador de Barrio Adentro en la ciudad de Caracas (capital), detalló que existen en el país más de 7.200 centros de salud en igual número de comunidades en todo el territorio venezolano.
A su vez, se mantienen en funcionamiento en todo el territorio un total de 589 Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y Centros de Alta Tecnología (CAT) que ofrecen atención médica primaria y especializada a la población de manera gratuita.
"Nuestra población goza de una asistencia en materia de salud gratuita y oportuna, además de que se hace énfasis importante en la prevención de la salud en todo el país", subrayó el sociólogo.
La tasa de mortalidad infantil en Venezuela, específicamente en niños menores de cinco años se redujo de manera notable gracias a la promoción de servicios en áreas como maternidad y neonatal.
Venezuela se ubica en el puesto 67 dentro de 187 naciones con más alto índice de desarrollo humano, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La educación gratuita es otro indicador intrínseco a la superación de la pobreza en Venezuela, ya que en la actualidad sólo 0,7 por ciento de niños de siete a 12 años no se encuentran escolarizados, sin embargo el Poder Ejecutivo está determinado a alcanzar la "meta cero" en deserción escolar.
Entre los programas de nivelación académica y fomento del estudio en educación primaria, secundaria y universitaria se encuentran las Misiones Robinson, Ribas y Sucre, consideradas pilares de la política gubernamental.
Venezuela ocupa el quinto lugar en la lista de países del mundo con mayor matrícula estudiantil, así como la segunda nación de América Latina después de Cuba, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
A finales de 2014, el país registró 10 millones 508.538 estudiantes de todos los niveles, Una realidad que contrasta con la cifra de hace 16 años, cuando el 46 por ciento del sistema educativo era privado.
Dentro de otros datos que refleja el INE sobre índices de pobreza, destaca que en la última década el hacinamiento en hogares, que se establece cuando más de tres personas duermen en una habitación, se redujo de 14,6 por ciento a 9,5 por ciento.
En tanto, el indicador de vivienda sin servicios básicos bajó de 15,7 a 8,9 por ciento, un logro alcanzado mediante la puesta en marcha de la Gran Misión Vivienda Venezuela que hasta la fecha ha entregado unos 750.000 hogares a igual número de familias.
La cuantiosa inversión social es, pese a las dificultades económicas que puedan prevalecer en la nación, la garante de un Estado de bienestar sin precedentes en la historia de Venezuela, aunque el desafío de eliminar definitivamente la pobreza se mantiene.
Agunos sectores adversos al gobierno se quejan sin embargo por las "implicaciones" que arroja para la economía del país la vasta de emisión de dinero dirigido a programas sociales.
Versiones de economistas opositores sostienen que la liquidez y el dinero que circula en la nación, producto de las políticas públicas de subsidio, bonos, créditos, entre otros, repercuten de manera directa en la generación de inflación.
Estas políticas de subsidios, sobre todo hacia el sector alimentario, es aprovechada por algunos grupos para realizar prácticas extractivas, entre ellas el contrabando hacia Colombia y otros países del Caribe.
Esta situación ha propiciado la generación de escasez y desabastecimiento de productos básicos en la dieta del venezolano, que constituye uno de los principales problemas del país caribeño.
De allí que se vislumbra la necesidad de acelerar la consolidación de un nuevo modelo social caracterizado por el protagonismo de la población como sujeto garante, contralor y fiscalizador de las políticas públicas, explicó el sociólogo.
"En la medida que transfiramos y democraticemos la vida social y que el pueblo realmente se convierta en protagonista organizado de este proceso, se marcará el rumbo irreversible de la lucha contra la pobreza", enfatizó Carlos Partidas.
Este "imperativo moral", como lo sugirió hace unos días el presidente ecuatoriano Rafael Correa, consiste además en entender que la pobreza es un problema y un desafío global que requiere de la acción y la participación de todos los estados.