SANTIAGO, 7 oct (Xinhua) -- América Latina y el Caribe pasará de 635 millones de habitantes en la actualidad a 793 millones en 2061, cuando se espera que la población de 65 años o más haya superado a la de menores de 20 años.
Esta predicción la ofreció hoy Dirk Jaspers, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante la segunda reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo, que se celebra desde el 6 al 9 de este mes en México.
Jaspers, director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), presentó el contexto sociodemográfico regional ante los representantes de gobiernos, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil que asisten al encuentro.
Dijo que son preocupantes los elevados niveles de mortalidad materna y de fecundidad adolescente en los países de la región, reconociendo que ha habido una disminución de la fecundidad en general y de la mortalidad infantil.
Además, se ha registrado un incremento de la esperanza de vida, lo que conlleva un cambio en la estructura por edades de la población.
Según las proyecciones de la CEPAL, la población de la región aumentará hasta 793 millones en 2061, cuando alcanzará su nivel máximo para después decrecer.
En este siglo, los países que más incrementarán su población en términos porcentuales serán Guatemala (de 16 millones en 2015 a 34 millones en 2100), Belice (de 359.000 en 2015 a 677.000 en 2096), Bolivia (de 11 millones en 2015 a 18 millones en 2091) y Ecuador (de 16 millones en 2015 a 25 millones en 2081).
En cuanto a la estructura por edades, en 1988, el número de habitantes de 20 a 64 años superó a la población de menos de 20 años. Este grupo seguirá reduciendo su proporción, de forma que en 2057 la población de 65 años o más superará a la de entre 0 y 19 años.
Además, en 2025, el grupo de población en edad activa, de 20 a 64 años, alcanzará su máximo en términos porcentuales y representará casi el 60 por ciento del total.
Según Jaspers, estos cambios en la estructura etaria tienen implicaciones específicas en las áreas de educación, salud y pensiones.
Indicó también que el consumo de la población de 65 años o más superará por primera vez a la de los menores de 20 años hacia el año 2030 en Cuba y Chile, y hacia 2045 en Colombia, Brasil y México.
Finalmente, en 2060 este fenómeno denominado de "economías envejecidas" se habrá extendido a toda la región, con la excepción de Bolivia, Paraguay y algunos países del Caribe.
Dijo que que la región no alcanzó el quinto Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) sobre mortalidad materna, cuyo plazo de cumplimiento venció este año, ya que en 2013 registró aún 85 muertes maternas por cada 100.000 bebés nacidos vivos, lo que supone una reducción de un 39 por ciento respecto a 1990, quedando lejos del 75 por ciento propuesto.
Pero sí se cumplió en la región de América Latina y el Caribe con el cuarto ODM, ya que redujo en dos tercios las muertes de menores de 5 años, de 54 a 18 por cada 1.000 nacidos vivos, entre 1990 y 2013. Aun así, sigue habiendo brechas tanto por nivel socioeconómico como por grupos étnicos.
En materia de fecundidad, la mayoría de países registraba en los años 50 y 60 tasas cercanas a 7 hijos por mujer, y hoy en muchos de ellos esas cifras se sitúan alrededor de 2,5 hijos e, incluso, en algunos han caído por debajo de la tasa de reemplazo, que corresponde a 2,1 hijos por mujer.
Se mantienen altos niveles de fecundidad adolescente y preocupa que no haya una tendencia descendente, al registrarse 75,5 nacidos vivos de madres de entre 15 y 19 años de edad por cada 1.000 mujeres de esa franja etaria.
Los países que tienen la mayor población viviendo fuera de su territorio son Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago y El Salvador, mientras que en el lado opuesto se encuentran Brasil, Bahamas, Surinam y Argentina, con menos de un 3 por ciento de población emigrante.
Según la CEPAL, hacia el año 2010, unos 28,5 millones de latinoamericanos y caribeños vivían fuera de sus países de origen.
Las cifras presentadas sirven para analizar la guía elaborada para implementar el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo, aprobado en 2013, con medidas sobre infancia y adolescencia, envejecimiento, salud sexual y reproductiva, igualdad de género, migración, desigualdad territorial, pueblos indígenas y afrodescendientes.