Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 6 oct (Xinhua) -- La selección de Uruguay inicia las eliminatorias al Mundial Rusia 2018 sin más pretensiones que retener el quinto puesto, lo cual la obliga a competir en un repechaje que ha alcanzado de forma ininterrumpida desde 2002.
Los bajos rendimientos futbolísticos mostrados en la última Copa América y los partidos amistosos parecen no tener remedio inmediato con la ausencia durante este año de su estrella, Luis Suárez.
"El Pistolero", como se le conoce a Suárez en Uruguay, es ídolo en el club de fútbol Barcelona de Cataluña pero aún debe pagar una suspensión de cuatro partidos oficiales con la Celeste por su polémico mordiscón al italiano Giorgio Chiellini en Brasil 2014.
¿OTRA VEZ QUINTOS?
La rica historia y destellos de los últimos años como el cuarto puesto de Sudáfrica 2010 y la conquista de la Copa América 2011, sumados a figuras como Suárez y el goleador Edinson Cavani, hacen ilusionar a los uruguayos.
Sin embargo, los boletos mundialistas de los celestes en las últimas décadas son, cuando se obtienen, una cuestión de "sangre, sudor y lágrimas".
"A nosotros nos cuesta. No estamos en una situación muy diferente a la de otra eliminatoria, siempre hemos sido quintos y ahora la situación previa es esa", reconoció Óscar Tabárez, entrenador de Uruguay desde 2006, días antes de comenzar esta clasificatoria.
Las estadísticas le dan la razón al "Maestro" Tabárez. Con el formato de disputa "todos contra todos", que comenzó con miras a Francia 1998, Uruguay terminó quinto en cuatro de las cinco ediciones.
De esa manera, el equipo uruguayo accedió a los repechajes mundialistas, es decir, dos partidos extra que se disputan contra un rival de otra región del mundo, por el pase definitivo al torneo.
En las ediciones de 2002, 2010 y 2014, Uruguay logró ganar esta serie, pero en 2006 la perdió y se vio obligado a mirar desde fuera la Copa del Mundo de Alemania.
Luego de ganar la Copa América de Argentina en 2011, los uruguayos se ilusionaron con clasificar al mundial sin sobresaltos con un Suárez desequilibrante, acompañado por Cavani y Diego Forlán.
Sin embargo, tras los resultados que alcanzaron en las primeras fechas, la Celeste cayó en un pozo con una racha negativa de 2 unidades en 18 que lo puso con un pie fuera de Brasil.
Una campaña memorable en el tramo final, con cuatro victorias en los últimos cinco juegos, lo dejó en la quinta posición para disputar la repesca.
En ese momento había un equipo consolidado de varios años, que contrasta con el actual proceso de fuerte renovación y de apuesta a figuras jóvenes para suplantar a veteranos como Diego Lugano y Forlán.
Tabárez cree que en esta clasificatoria hay "cuatro equipos que asoman con más posibilidades y los otros seis con chances de pelear".
En su opinión, "hay antecedentes a tener en cuenta: Brasil y Argentina siempre han clasificado, son potencias, tienen muchos jugadores para elegir".
Y "se sumaron las realidades de Chile y Colombia que vienen a la Eliminatoria con muchos jugadores en edad de seguir rindiendo, con cuerpos técnicos con experiencias anteriores que hace suponer que van a ser equipos que van a estar en la conversación".
Aunque Tabárez está consciente de las posibilidades de su equipo, tampoco deja de soñar.
"Acá están en juego los sentimientos y las expectativas de los pueblos de toda Sudamérica y nadie renuncia a la posibilidad de clasificar de antemano", puntualizó.