BEIJING, 30 sep (Xinhua) -- Ante el surgimiento de cambios estructurales positivos y de nuevos impulsores del crecimiento, la economía china puede desacelerarse pero eso no representará el fin del mundo.
Desde que ocurrió la crisis financiera global, China ha servido como un importante estabilizador de la economía mundial y contribuido más al crecimiento de todo el mundo.
Entre 2009 y 2014, China registró un crecimiento anual de su producto interno bruto (PIB) de 8,7 por ciento, lo que representaba una proporción superior al 30 por ciento del crecimiento global total, muy superior al 18 por ciento de Estados Unidos.
Aunque China ha disminuido su crecimiento de un nivel de medio a alto, que el gobierno llama la "nueva normalidad", su crecimiento de 7 por ciento en el primer semestre de este año sigue representando alrededor de 30 por ciento del crecimiento global.
El sólido crecimiento de China en años recientes se ha convertido en un significativo motor de la economía global, con aumentos constantes en las importaciones, el turismo al extranjero e inversión directa en otros países.
A pesar de la desaceleración, los fundamentos económicos aún son sólidos. En los primeros ocho meses de 2015, la producción industrial, el consumo, las ventas inmobiliarias y el empleo, se mantuvieron firmes, lo que generó una base sólida para el crecimiento.
Además, la estructura económica del país se vuelve más sostenible y aparecen nuevos motores de crecimiento.
La estructura económica está cada vez más dominada por el sector de servicios y el consumo, en una situación muy diferente respecto a su anterior dependencia excesiva en el sector industrial y de inversión.
En el primer semestre, la industria de servicios representó 49,5 por ciento del PIB total de China, el sector industrial 43,7 por ciento. El consumo contribuyó con 60 por ciento del crecimiento económico del país en el período.
También están surgiendo nuevas fuerzas impulsoras mientras el gobierno continúa las reformas para desencadenar el potencial del capital privado y promueve el espíritu emprendedor y la innovación, así como los nuevos sectores estratégicos que incluyen la protección ambiental, la biología, nuevos materiales y vehículos con nuevas energías.
Las medidas para racionalizar la administración y simplificar el registro de negocios han dado como resultado un aumento en los nuevos negocios. En el año y medio pasado, más de 10.000 compañías se registraron cada día en China.
En el futuro, China continuará siendo el polo generador del crecimiento mundial y ayudará a que la economía global vuelva a ser sana.
El firme crecimiento del país y la creciente riqueza residencial proporcionarán un enorme mercado para el mundo, con un mayor consumo en áreas más allá de los productos cotidianos, incluida la tecnología de la información, turismo, educación y cuidado de ancianos.
El Buró Nacional de Estadísticas pronostica que el consumo de China superará los 10 billones de dólares para el año 2025, lo que representa una oportunidad de oro para las compañías de todo el mundo.
La acción de China para modernizar sus fábricas también significa una gran necesidad de tecnología avanzada, equipo sofisticado y piezas de repuesto de otros países.
Al mismo tiempo, el país asume una actitud abierta para compartir sus oportunidades de desarrollo con el resto del mundo.
China fue, es y seguirá siendo un motor económico global.
