Por: Victoria Argüello
CARACAS, 14 sep (Xinhua) -- La caída internacional de los precios del petróleo forma parte de una "cuarta guerra mundial" promovida por Estados Unidos para recobrar su control sobre los asuntos energéticos del mundo, alertó hoy el experto petrolero venezolano David Paravisini.
Paravisini conversó con Xinhua en relación al continuo y vertiginoso descenso de las cotizaciones del crudo, que en el caso venezolano consta de una baja de más del 60 por ciento, al alcanzar niveles de precios de hasta 35 dólares por barril.
El presidente venezolano Nicolás Maduro se reunió el pasado 3 de septiembre con su colega ruso Vladimir Putin en China, donde abordaron tácticas para defender el mercado global de este principal energético, entre ellas la creación de un comité técnico.
El mandatario venezolano continuó su gira internacional en Qatar el 4 de septiembre, donde abordó temas energéticos y económicos, para continuar al día siguiente en Jamaica, donde promovió la integración regional como parte de los esfuerzos para contrarrestar esta "conflagración".
Para el experto, más allá de factores que puedan regir el mercado petrolero global o la simple visión de la oferta y la demanda, en la caída de los precios petroleros predomina el acrecentado interés de Washington de atacar por distintas vías a los principales países productores y exportadores de petróleo.
"Los precios a los que puede llegar el petróleo no están vinculados a una relación ni de causa o efectos del mercado, sino con los resultados de la guerra petrolera que hoy se desarrolla en el mundo", afirmó Paravisini a Xinhua.
En este escenario, Venezuela ocupa un lugar importante al poseer las reservas de crudo más grandes de todo el planeta, con 316.000 millones de barriles, de los cuales sólo 267.000 millones forman parte de la certificación de la Faja Petrolífera del Orinoco (FPO) "Hugo Chávez".
Según estos números que ubican a la nación sudamericana como líder en la lista mundial de reservas, seguida de Arabia Saudita y Canadá, Venezuela puede tener petróleo para los próximos 250 a 300 años, de acuerdo con datos de la estatal PDVSA.
Pese a ello, Washington sitúa esta cifra en niveles mayores, ya que la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y el Servicio Geológico (USGC) señalaron que en 2013 la FPO puede contener más de 513.000 millones de barriles.
En contraste, la EIA indicó que a mediados de 2013 las reservas petroleras de Estados Unidos disminuyeron 0,1 por ciento, al ubicarse éstas en 386 millones de barriles de crudo.
A juicio de Paravisini, la estrategia estadounidense es clara, ya que la baja de los precios del petróleo motiva un incremento de la producción de las naciones dependientes de este hidrocarburo (para resarcir los efectos), y acelera el agotamiento de las reservas más grandes del planeta, entre ellas las de Venezuela.
Esto sumado a la promoción de guerras sobre todo en el Medio Oriente y Africa (como es el caso de Libia, Irak y Siria) que conllevan a una depreciación del crudo en naciones que incluso forman parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la apropiación de yacimientos por parte de grupos mercenarios.
Parte de la estrategia norteamericana se ha centrado en recuperar su mercado "Premium" ante Arabia Saudita, Nigeria y Argelia, países que controlaban el 90 por ciento del mercado de energía y petróleo norteamericano, acotó el expecialista.
Con la explotación del petróleo de esquisto, mediante la antiambientalista práctica de la fractura hidráulica, conocida como "fracking", Estados Unidos logró suplir parte de su demanda interna que consta de 18,9 millones de barriles por día.
Según lo expuesto por Paravisini, este hecho motivó que las naciones afectadas por los precios bajos del crudo decidieran no perder dicho mercado y, en el caso específico de Arabia Saudita, se optó por inundar el mercado y reducir los precios, los cuales constan de más de 12 millones de barriles diarios.
Esta inundación de petróleo en el mercado global es para el experto la sólo la "punta del iceberg" y no la principal razón de la caída acelerada de los precios.
Por el contrario, representa la forma en como Arabia Saudita decidió enfrentar la guerra que mantiene Estados Unidos contra los países productores de crudo, miembros o no de la OPEP.
El problema de la baja cotización de los precios sin embargo no sólo afecta a los grandes productores como Rusia, Arabia y Venezuela, sino también a sectores económicos independientes dentro de esta nación, sostuvo el experto.
"Ya hay productores estadounidenses de crudo convencional en Estados Unidos que se están retirando del mercado porque producir un barril petrolero les cuesta cerca de 30 dólares", aseveró.
A consideración de David Paravisini, la guerra promovida por Washington apunta también a atacar el flanco diplomático de los países petroleros, mediante un cerco con países vecinos; hecho que en el caso de Venezuela se evidencia en las tensiones con Guyana y Colombia.
No resulta casual que el gobierno de Caracas sostenga aún tensiones con el Ejecutivo de Georgetown, dados los intereses de la transnacional estadounidense ExxonMobil de explotar petróleo en aguas pertenecientes a la zona de reclamación en el Esequibo.
Respecto a Colombia, Caracas ha denunciado un debilitamiento de su economía mediante el ataque a la moneda local (Bolívar) y el contrabando de extracción de combustible, productos y hasta billetes a través de la frontera, que junto a la caída de los precios petroleros han generado un escenario difícil para Venezuela.
Todo ello en función de generar el detrimento económico de Venezuela, cuya entrada de divisas es dependiente en 96 por ciento de la exportación de petróleo.
La salida a esta situación vislumbrada por el experto es la unificación de todos los países productores de petróleo, miembros o no de la OPEP, para la defensa de los precios, lo que a su juicio se ve reivindicado con las reuniones del presidente Maduro junto a Putin y las autoridades de Qatar y Jamaica.
"Hay un esfuerzo de Venezuela y de Rusia, sobre todo, de atraer la alianza de estos países a fin de aplicar medidas dentro del mercado y recuperar los precios, para derrotar una vez más a Estados Unidos y sus pretensiones hegemónicas sobre el campo energético y petrolero mundial", añadió.
Destacó también la importancia de que los estados pertenecientes al Acuerdo de Asociación Energética Petrocaribe se sumen a la iniciativa por la recuperación de los precios, por lo cual también saludó la estadía del mandatario venezolano en Kingston.
"Petrocaribe es el mejor ejemplo que podemos tener en el mundo de como Venezuela desarrolló en América Latina y el Caribe una política que le permitiera a nuestros países hermanos de la región acceder a su soberanía energética sin sufrir los estragos de los altos precios", agregó.
Por su parte, la solución para Venezuela radica en cambiar la matriz de exportación y apuntar a la venta de menos crudo y más derivados petroleros mediante el perfeccionamiento de las tecnologías y las refinerías.
Resalta la necesidad de controlar el contrabando de combustible, dado que el 50 por ciento de la gasolina que se produce en esta nación sale de manera ilegal hacia Colombia y otros países del Caribe.
Con estas medidas, se puede abastecer de manera eficiente la demanda interna de combustible y alcanzar una sobreproducción de derivados, lo cual debe traducirse en un incremento de las exportaciones.