Al-Rashidi señaló que la ayuda junto con su salario diario eran suficientes para que la familia "se ganara la vida. Pero el dueño del sitio de construcción decidió de repente reducir el número de trabajadores contratados, de modo que fui despedido y esto coincidió con el recorte de la ayuda de las agencias que eran financiadas por los Estados del golfo Arabe".
Al-Rashidi dijo decidido que "dado que ninguna solución para la crisis de nuestro país se acerca y más bien se ha convertido en una herramienta de negociación en manos de Estados Unidos para imponer sus condiciones, hemos empezado a pensar en inmigración".