LIMA, 8 sep (Xinhua) -- Las 10 millones de micro y pequeñas empresas (mype) que existen en América Latina y El Caribe tienen una "importancia crítica" para el futuro de la región, destacó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un comunicado emitido en Lima.
Esa importancia crítica se basa en que generan la mayor parte del empleo, pero al mismo tiempo plantean un desafío estratégico para los países, pues son los principales nichos de informalidad y baja productividad, señaló el organismo.
"El predominio de las mype en la estructura productiva genera grandes brechas de trabajo decente y condiciones laborales y al mismo tiempo es un freno para el crecimiento de la productividad y de las economías en general", explicó el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Salazar.
El funcionario recalcó la necesidad de generar un entorno propicio para que estas unidades puedan mejorar sus condiciones y engrosar el estrato de empresas medianas.
El informe de la OIT, "Pequeñas empresas, grandes brechas", ofrece un panorama del empleo y los desafíos del trabajo decente de acuerdo a la estructura de las unidades productivas.
Según las cifras contenidas en ese informe, las mype son absolutamente mayoritarias en una región donde el total de empresas suma unas 11 millones, de las cuales menos de un millón son empresas medianas y grandes.
A esta estructura productiva se añaden 76 millones de trabajadores por cuenta propia.
Salazar consideró esencial redoblar los esfuerzos para tener "vigorosos ecosistemas empresariales" que permitan a las mype a crecer y mejorar sus resultados "para el desarrollo de los mercados de trabajo y el crecimiento del empleo en la región, así como para la transformación productiva y el aumento de la productividad de nuestras economías".
El informe destaca que las mype generan cerca de 47 por ciento de los empleos de la región y si se agregan los trabajadores por cuenta propia, suman 75 por ciento del total.
Las empresas grandes (incluido el sector público) y medianas no alcanzan a generar el 20 por ciento de los puestos de trabajo en la región.
Según el informe, la tasa de informalidad laboral no agrícola llega a casi 59 por ciento en las empresas con menos de 10 empleados, cifra que baja a 14,4 por ciento en las que tienen más trabajadores.
De igual forma existe una alta tasa de informalidad entre los trabajadores por cuenta propia, de 82 por ciento.
Las brechas también se manifiestan en la protección social.
Sólo 13 por ciento de los trabajadores por cuenta propia cotiza a un seguro de salud, porcentaje que se eleva a 32 por ciento para las microempresas, hasta 86 por ciento en pequeñas empresas y pasa de 90 por ciento en las grandes empresas.
También existen diferencias importantes en cuanto al nivel educativo.
Entre trabajadores por cuenta propia sólo el 12 por ciento tiene educación superior; 15 por ciento en las microempresas; 27 por ciento en las pequeñas empresas y poco más de 50 por ciento en las empresas grandes.
Salazar destacó la alta heterogeneidad estructural en materia de productividad, donde apenas 20 por ciento de la fuerza laboral trabaja en sectores que operan por sobre el promedio regional de productividad, mientras que el 80 por ciento están empleados en empresas que operan por debajo de esa media.