"Rutas y Andares" es un programa público que desde 2001 impulsa la Oficina que dirige Eusebio Leal para acercar a las familias al patrimonio del centro histórico de la capital de la isla.
El Capitolio Nacional, que ocupa 13.000 metros cuadrados y una amplia área circundante de jardines, se levantó en apenas tres años y dos meses y se considera una réplica casi exacta del edificio similar ubicado en Washington, Estados Unidos.
Tras su apertura, bajo el gobierno de Gerardo Machado, se convirtió en la sede del Senado y la Cámara de Representantes de Cuba, hasta el triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959 cuando se cerró el Congreso y desde entonces el edificio fue ocupado por la Academia de Ciencias y luego por el ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
Entre las historias que rodean al colosal edificio de clasicismo ecléctico destaca el robo del brillante de 25 quilates que marcaba el kilómetro cero de la Carretera Central del país, en marzo de 1946.
Según cronistas de la etapa seudorrepublicana, a pesar de la alta seguridad que tenía la piedra preciosa (escogida para engalanar la segunda corona del Zar Nicolás II) solo 30 minutos bastaron a los ladrones para sustraerla.
Cinco mil policías, 2.000 agentes secretos y los técnicos del entonces Gabinete Nacional de Identificación participaron en la búsqueda, pero no encontraron pista alguna para rescatar la joya y capturar a los ladrones.
Quince meses después, el brillante reapareció en el despacho oficial del presidente de la nación, Ramón Grau San Martín.
Sustituido más tarde por una réplica, rodeada de una estrella octogonal diseñada y elaborada con mármoles italianos en diversas tonalidades, el brillante se encuentra en la bóveda del Banco Nacional de Cuba.
Esta y otras leyendas hacen del Capitolio Nacional un símbolo de La Habana, junto al Castillo del Morro, la Catedral y el Malecón.
Mientras prosiguen las labores para devolverle su lozanía y se develan las fachadas restauradas, sin conocerse aún fecha de terminación, los más de 600 diputados esperan por el anuncio para retornar a la sede inicial del máximo órgano de gobierno, devenida hoy en uno de los más grandes atractivos turísticos de La Habana y sus casi siglos de historia.