"El proyecto comenzó con la clonación de gatos domésticos y luego trasladamos el proceso a felinos silvestres. Evaluamos células de chita, de tigre, de gato de bengala y tuvimos éxito con cada uno. Consideramos que es trasladable a otras especies de felino mientras se tenga el material genético y células en buenas condiciones", auguró.
El director del laboratorio de biotecnología reproductiva y banco de recursos genéticos del zoológico de Buenos Aires, Adrián Sestelo, subrayó que el desarrollo de esta investigación tiene que ver con distintos animales en peligro de extinción.
"Empezamos con un desarrollo de una especie exótica para nosotros, la chita, que corre riesgo (de extinción), pero no es una elección cualquiera, es una especie vinculada a las nuestras", indicó.
"Evolutivamente, la chita está en un clan en el que podemos agrupar al puma y nuestro yaguareté", un felino del norte y el noreste del país, puntualizó.
Sestelo hizo hincapié en que el banco genético a su cargo "es una reserva de biodiversidad, con materiales tanto sin vida, como sangre o pelos, y material vivo, como células o espermatozoides. Hace 20 años tenemos este banco, una reserva importantísima que resguarda fauna".
Al detallar la importancia de contar con bancos genéticos, el experto comentó que "ante un animal en extinción que puede ser atropellado, como ha ocurrido con jaguares en (la provincia norteña de) Misiones, pueden traerse aquí muestras de ese animal. Se las preserva y el día de mañana se puede volver a tener a ese individuo mediante fecundación 'in vitro' o clonación. Estamos manteniendo diversidad a través del tiempo".
"Tras 20 años, contamos con 87 especies distintas, más de 400 individuos, más de 6.500 muestras. Es el primero y el más grande de América Latina", comparó.
En el caso de la chita, los científicos frenaron el desarrollo del embrión, que no llegó a nacer, debido a que firmaron un acuerdo con el zoológico, que sigue los estándares del código de ética de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios, por lo cual sólo estaban autorizados a trabajar con embriones.