Setenta por ciento de los ingresos fiscales de la región autónoma se destinan para mejorar el sustento de las personas. La mayoría de los graduados universitarios en el Tíbet tienen empleo y una creciente red de seguridad social ha permitido servicios médicos gratuitos para pastores y atención a cerca de 6.000 huérfanos.
Alrededor de 460.000 familias rurales se han mudado a casas nuevas más cómodas. El uso de un sistema central de calefacción en Lhasa ha dado fin a la primitiva práctica de calentarse quemando estiércol de ganado que prevaleció por generaciones.