De acuerdo con el mandatario, el desarrollo de la infraestructura y la economía debe ser una prioridad máxima para el Lejano Oriente, y los gobiernos regionales deben proveer libertad económica y condiciones comerciales favorables para los inversores tanto nacionales como extranjeros.
Políticas específicas deben ser preparadas para reducir las tarifas de transporte, energía, electricidad, entre otros, con el fin de atraer inversiones, subrayó Putin.
Al reiterar que el gobierno ruso es capaz de estabilizar la economía a través de "una serie de medidas", Putin instó a las compañías rusas, particularmente en la industria del petróleo y el gas, a trabajar para desarrollar su eficiencia y competitividad.
Putin reveló que la compañía petrolera estatal rusa Rosneft planea invertir 1,3 billones de rublos (19.000 millones de dólares estadounidenses) en varios proyectos en el Lejano Oriente, mientras que el gobierno ruso asignará unos 500.000 millones de rublos (7.400 millones de dólares) para modernizar y expandir las redes regionales de transporte.