Por Noemí Galbán
CARACAS, 27 ago (Xinhua) -- Una nueva frontera, caracterizada por la convivencia pacífica, el desarrollo productivo integral de todos los territorios que comparten la misma área geográfica, así como el respeto a la soberanía y autodeterminación de cada Estado, son los reclamos de las autoridades de Caracas y Bogotá ante la difícil situación que se ha generado en la zona a través de los años.
El punto de inflexión que nuevamente puso la lupa en una de las fronteras más dinámicas y complejas del continente latinoamericano, fue el ataque perpetrado por bandas paramilitares colombianas contra efectivos venezolanos, mientras estos resguardaban la seguridad en uno de los municipios limítrofes con la nación vecina perteneciente al estado Táchira.
A raíz de este hecho el presidente Nicolás Maduro decidió cerrar por tiempo indefinido las vías que comunican a ambos países hasta que "no estén creadas las condiciones mínimas" para restablecer el orden en la zona y decretó estado de excepción en seis municipios colindantes con Colombia.
Le siguió el despliegue de un operativo especial de seguridad en toda la zona que hasta la fecha ha logrado la captura de alrededor de una docena de miembros de grupos paramilitares.
Además de la deportación de más de 1.000 ciudadanos colombianos que vivían de manera ilegal en Táchira y se dedicaban al contrabando de extracción de productos básicos subsidiados por el gobierno venezolano para satisfacer a su población.
Al tiempo que se han decomisado toneladas de alimentos que iban a ser sustraídos ilícitamente por la frontera, se han ahorrado millones de litros de combustible y han quedado desarticulados centros dedicados al juego, la explotación sexual, el secuestro, la trata de personas, el narcotráfico y la fabricación de bombas.
Mientras tanto se adelanta un censo integral y un registro demográfico en la zona, medidas que según las autoridades venezolanas fueron adoptadas para restablecer la paz y la seguridad.
Pues se prevé determinar con precisión la cantidad de personas que viven legalmente en esos territorios, las actividades económicas que realizan y también las necesidades que tienen.
Todo lo anterior es un resumen de los pasos emprendidos por el gobierno de Caracas en la última semana en su búsqueda por concretar el anhelo de construir una frontera segura y productiva.
No obstante, lo ocurrido no es un hecho aislado, se trata de un proceso acumulativo que ha venido produciéndose a través de los años y ha llegado a un momento de crisis insostenible, afirmó hoy a Xinhua Gustavo Márquez, ex embajador de Venezuela en Colombia.
En entrevista exclusiva concedida a la agencia, el analista político destacó que los problemas que se han intensificado en la frontera son consecuencia, en gran medida, "a la ausencia de Estado por la parte colombiana, la tolerancia y permisividad demostradas hacia flagelos como el paramilitarismo, el ataque a nuestra moneda (bolívar) y el contrabando de extracción, pues algunos de estos fenómenos tienen incluso sustento legal".
En este sentido el experto recordó la aprobación en el año 2000 de la resolución número 8 decretada por el entonces presidente Andrés Pastrana como parte del Plan Colombia, a partir de la cual se abrió el camino para la creación de un mercado paralelo y una política cambiaria del peso colombiano respecto al bolívar venezolano.
Dicha legislación autorizó el intercambio directo de monedas con los países vecinos, sin pasar por el dólar y detonó el flagelo del contrabando de extracción hacia la nación vecina.
"Hay allí un estímulo muy relevante para la creación de una economía subterránea que ha crecido enormemente. Economistas apuntan que está en el orden de los 5.000 millones de dólares al año, lo que supera con creces el intercambio comercial oficial entre ambos estados que el año pasado no llegó siquiera a los 2.000 millones de dólares", señaló Márquez.
Asimismo opinó que ese es el epicentro de toda la situación que vive hoy no sólo la frontera sino toda Venezuela desde el punto de vista económico y también de seguridad.
De acuerdo con el diplomático caraqueño, los altos índices de criminalidad registrados en los últimos años por la penetración del paramilitarismo, están también asociados a esa economía furtiva, "es lo que la alimenta y sustenta, y en la medida que no se ataque ese problema no vamos a poder tampoco controlar los otros".
Pues la actividad ilícita no se restringe al trasiego de los productos de la cesta básica, abarca toda la oferta de bienes y servicios venezolanos por los generosos subsidios que otorga el gobierno de Caracas.
De ahí que la práctica intensiva del contrabando haya generado desabastecimiento, inflación, perturbación y desestabilización económica en este país suramericano.
"Aunque el daño es más visible en Venezuela, del lado colombiano produce recesión y desempleo. Esto lo evidencian informes difundidos por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), que reseñan una caída de la recaudación de impuestos debido al cierre de empresas, el descenso de la actividad económica no sólo en la franja fronteriza y en los departamentos colindantes con Venezuela, sino en otros donde también incide el contrabando", indicó.
De igual forma el analista político señaló otro elemento a tener en cuenta en esta compleja ecuación, se trata del traslado ilegal de combustible venezolano por la frontera.
Según Márquez, parte de los astronómicos volúmenes de litros de gasolina que pasan diariamente hacia el país neogranadino, son captados por la estatal colombiana ECOPETROL S.A, una de las más importantes compañías petroleras de Latinoamérica, para su posterior exportación.
"De hecho se conoce que el aumento significativo experimentado por esta empresa en los últimos años proviene del contrabando de extracción de combustible venezolano. Allí ha jugado un papel importante la compañía Pacific Rubiales, constituida en el año 2008 por los antiguos gerentes de Petróleos de Venezuela que tuvieron una activa participación en el golpe petrolero ocurrido en el año 2002 contra el fallecido comandante Hugo Chávez", denunció.
Datos oficiales revelan que las pérdidas económicas de Caracas por este concepto ascienden a 5.400 millones de dólares al año, una cifra considerable que contrasta con el aumento de las exportaciones de ECOPETROL, las cuales pasaron de 8,2 billones de pesos (4,1 billones de dólares) en 2013 a 8,7 billones (4,3 billones de dólares) en 2014, precisó la empresa en un comunicado.
"Estamos en presencia de una centrífuga, en primera instancia las casas de cambio de Cúcuta y Bogotá que han desplazado incluso al Banco Central de Venezuela al fijar las tasas de cambio del bolívar respecto al peso y al dólar estadounidense. Las mismas están vinculadas a su vez al narcotráfico y al paramilitarismo porque se dedican a lavar el dinero de estos actos delictivos", sentenció el experto.
A juicio del ex embajador, son grandes mafias asociadas en primera instancia al contrabando, un fenómeno que las autoridades colombianas han "tolerado, desarrollado e incluso estimulado".
No obstante, reconoció que del lado venezolano han existido fallas y admitió los efectos nocivos de la corrupción detectada en funcionarios y efectivos militares "de aquí y de allá porque hay que estar claros, este contrabando masivo no sería posible si aquí existieran barreras impenetrables para evitarlo".
En ese sentido Márquez elogió las acciones de choque implementadas por el presidente Nicolás Maduro ya que, a su parecer, llegó el momento de poner las cartas sobre la mesa para avanzar definitivamente en la solución de una situación histórica, que se ha venido acumulando y que hoy día se ve proyectada en toda Venezuela.
"Hay que desnudar el problema para tomar las acciones precisas, primero el gobierno de Colombia tiene que derogar la resolución del año 2000 y acabar con el paralelismo cambiario porque mientras esto exista, así del lado venezolano tomemos decisiones contundentes, no van a surtir efecto", afirmó.
Al tiempo que reiteró, este es un problema de ambos países y como tal deben implementarse medidas gubernamentales concretas, consensuadas en una mesa de diálogo como la efectuada este miércoles entre las cancilleres Delcy Rodríguez y su homóloga colombiana, María Angela Holguín.
"Hay que ser optimistas ante este encuentro porque es vital construir una nueva frontera basada en la realidad; una zona integrada como lo es realmente desde el punto de vista ambiental, económico, comercial, social, emocional y cultural", advirtió el experto.
Al tiempo que opinó, resulta vital "trazar un plan de desarrollo territorial binacional con base en la paz, donde cada país mantenga su soberanía, su autodeterminación pero avanzando hacia un proceso en el que las comunidades puedan tener un régimen de vida adecuado".
Asignatura pendiente es también el hecho de que el tema fronterizo debe colocarse como punto prioritario en la agenda presidencial de Maduro, recomendó Márquez.
"Debería de aprobarse finalmente la Ley Orgánica de Fronteras, no hay una política coherente al respecto porque no estamos hablando sólo de la frontera con Colombia, sino también la que comparte Venezuela con Brasil y donde radican parte de las principales riquezas de nuestro país como el hierro, el oro, el agua potable, la biodiversidad. Por otro lado está además el Esequibo que se convirtió en un conflicto de peso", finalizó.