BEIJING, 27 ago (Xinhua) -- Mientras Europa trabaja intensamente para solucionar el influjo masivo de refugiados provenientes de Africa y Medio Oriente, Estados Unidos debería abstenerse de asumir una actitud de "no en mi patio trasero" y reflexionar sobre su política para Medio Oriente, la cual desplaza directa o indirectamente a miles de personas.
Europa se ha visto afectada durante años por el problema de la inmigración ilegal, cuya última ola ha desatado una crisis de refugiados desde la península itálica hasta los Balcanes, de España a Reino Unido.
Hasta el momento en 2015, más de 293.000 refugiados e inmigrantes llegaron a Europa por mar, con más de 2.000 muertos en el intento de cruzar el Mediterráneo.
Grecia es el principal destino de los refugiados, con 157.228, seguido por Italia con 107.633.
Los refugiados provenientes de Libia, Siria e Irak han escapado de la guerra en sus países donde la intervención militar liderada por EEUU causó constantes turbulencias dentro de la situación de seguridad y una crisis humanitaria. Sin embargo, sus sueños de una vida pacífica no pueden lograrse fácilmente.
Primero, la economía europea sigue siendo débil. Grecia atraviesa por la peor crisis económica de su historia, mientras que Italia también experimenta una gran presión de la deuda gubernamental.
Segundo, los países europeos aún carecen de políticas de asilo alineadas. Mientras los países que llevan la peor parte como Grecia e Italia buscan cómo enfrentar las llegadas masivas, otros detrás de la primera línea establecen patrullas fronterizas para mantener a los refugiados fuera.
Tercero, con un creciente número de refugiados e inmigrantes llegando a Europa, muchos problemas sociales y políticos comienzan a surgir como lo demuestra una serie de protestas contra los inmigrantes en Alemania e Italia. El tema de los refugiados se ha convertido en un punto sensible para los políticos.
Estadísticas del Ministerio del interior alemán revelaron que en 2015 alrededor del 60 por ciento de quienes buscan asilo proceden de países afectados por la guerra como Siria, Irak y Afganistán, donde detrás de la precaria e inestable situación se puede ver la sombra del Tío Sam.
De cierta manera, Europa pasa ahora por el trago amargo de su propio actuar, pues siguió muy de cerca a EEUU en casi todas sus acciones militares en Africa, Asia Meridional y Medio Oriente.
