RIO DE JANEIRO, 25 ago (Xinhua) -- Una veintena de refugiados de diversos países jugaron hoy al fútbol en el mítico estadio de Maracaná de Río de Janeiro, sede de la final del Mundial de 2014, como parte de un proyecto de integración en la sociedad brasileña.
El proyecto, denominado "Fútbol de las Naciones", es una iniciativa promovida por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ONU Mujeres y Cáritas Río de Janeiro, y permitió que varios africanos, así como de países como Colombia, Haití y Siria, participaron jugaron un partido en un terreno de juego de dimensiones reducidas al habitual, detrás de unas de las porterías del famoso estadio, donde Alemania ganó su cuarto mundial hace 13 meses.
Los partidos se dividen en "tres tiempos", incluyendo uno previo al juego, en el que los jugadores establecen una serie de reglas y otro posterior, en el que los participantes analizan si éstas se respetaron. La ACNUR destacó que el cumplir las reglas es tan importante como los goles y sirven para sumar o restar puntos a los equipos y para determinar el ganador.
Entre las reglas, todos los jugadores del equipo tienen que haber tocado el balón antes de chutar a gol, para trabajar el concepto de "inclusión", o hacer que sólo pueda rematar un único jugador, cuando se quiera fomentar la reflexión acerca de la "discriminación" de la sociedad, según los organizadores.
Brasil acoge a cerca de 8.500 refugiados de 81 países, según datos oficiales, y el número de acogidos ha aumentado significativamente en los últimos años, pasando de 510 solicitudes en 2010 a cerca de 12.000 el año pasado.
