BEIJING, 24 ago (Xinhua) -- Con un rifle cuidadosamente pulido en las manos, Zhang Xianzeng se mantiene de pie en posición de firmes en los suburbios del noroeste de Beijing cerca de una réplica imponente de la tribuna principal de la Plaza de Tiananmen.
Gotas de sudor caen por su frente hacia sus ojos fijos en el vacío frente a él, mientras más soldados uniformados pasan marchando bajo el sol abrasador de agosto.
Zhang es uno de los más de 10.000 soldados hombres y mujeres chinos elegidos que han estado siguiendo un régimen de capacitación exigente durante meses para una misión especial el 3 de septiembre: un desfile militar.
Dentro de sólo 10 días marcharán por la Plaza de Tiananmen (Puerta de la Paz Celestial) en el corazón de Beijing para conmemorar el 70° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Y será todo un espectáculo. Once pelotones de soldados a pie, cada uno con el nombre de una batalla inspiradora librada por héroes de guerra chinos, marcharán por la histórica vía de la Avenida Chang'an con una coordinación impecable. Van a desfilar ante los líderes de la nación en la Plaza de Tiananmen en exactamente 128 pasos cada uno de 75 centímetros exactos.
Luego seguirán filas de tanques rugientes y vehículos montados con misiles, aviones teledirigidos y armamento militar. Aviones de combate y helicópteros sobrevolarán la formación, algunos soltarán estelas de vapores de colores. Tropas extranjeras y veteranos de la Segunda Guerra Mundial, tanto del Partido Comunista de China como de las fuerzas dirigidas por el Kuomintang, también se unirán al desfile.
Las celebraciones de septiembre serán las de más alto perfil de China para conmemorar su victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa. Para muchos de los veteranos de guerra restantes, la mayoría de ellos de unos noventaitantos años, éste podría ser el último aniversario que ven.
Más de 35 millones de chinos murieron o resultaron heridos en esa guerra. Aun en la actualidad, los recuerdos de la guerra siguen tensando los lazos entre Beijing y Tokio.
El abuelo de Zhang, Zhang Demin, se unió a la fuerza de guerrilla antijaponesa cerca de Shenyang en el noreste de China en su adolescencia en la década de los 40.
Fue alcanzado por metralla en 1948 cuando combatía a las tropas de Kuomintang cerca de Shenyang. La metralla se quedó alojada en su muslo derecho durante 10 años, y lo dejó incapacitado el resto de su vida. Murió en 2009.
"Si él hubiera sabido que yo participaría en el desfile, hubiera estado muy orgulloso, me encantaría que estuviera aquí", expresó Zhang.
"Siempre quiso participar en un desfile militar. Creo que ahora estoy viviendo su sueño", agregó.
Pero los sueños pueden ser un lujo aquí en la "Aldea Desfile" suburbana.
Li Gang del pelotón "Cinco héroes de Monte Langyashan" ha estado entrenando en el lugar durante más de dos meses.
El entrenamiento ha llevado la capacidad física y precisión de Li al límite.
Los soldados han sido condicionados a permanecer de pie sin moverse durante una hora completa, y a permanecer de pie tres horas seguidas.
La marcha a paso de ganso se mide centímetro a centímetro. Por otro lado, se pide que los tanques y otros vehículos sean manejados en línea recta a una velocidad uniforme y mantener una distancia fija entre ellos. Una desviación de más de 10 centímetros no será tolerada.
Li se levanta a las 06:15 horas todos los días. Su rutina diaria consiste en que él y a sus compañeros practiquen durante lo que parecen ser horas interminables para mantener su rifles de manera precisa en el mismo nivel, sincronizar su pasos y mantenerse firmes en una alineación perfecta.
La posición es quizás la parte más desafiante, y aburrida. Los entrenadores de Li usan cuerdas para crear líneas para regular las formaciones de las tropas.
Ante de irse a la cama a las 22:30, Li pudo haber pasado 12 horas en el campo de entrenamiento.
La competencia con sus compañeros también es fuerte. Los reservistas están listos para sustituir a cualquiera que se rezague. Zhang Xianzeng tuvo que reprogramar su boda para tener más tiempo para entrenar y no caer en esa trampa.
Incluso así, algunos cuestionan la necesidad de esas maniobras.
"Nuestro comandante entrena con nosotros. Tiene más de 50 años y no está diciendo nada. Así que ¿por qué iba a quejarme?", expresó Li Gang.
El general de división Zhang Haiqing del pelotón Langyashan es uno de los más de 50 generales del Ejército Popular de Liberación (EPL) que encabezarán las formaciones del desfile el 3 de septiembre.
"La capacitación para el desfile tiene que ver con tenacidad, disciplina y coordinación, todas ellas vitales en el campo de batalla real", explicó el general Zhang.
"Entrenamos para dar una buena exhibición, para hacer recordar a los espectadores a aquellos quienes derramaron su sangre y murieron en el campo de batalla para defender la historia y para recordar al mundo las contribuciones de China en la Segunda Guerra Mundial", añadió Zhang.
Los espectadores quizá no se den cuenta cuán dura ha sido la preparación.
La temperatura de Beijing por la tarde puede alcanzar los 30 grados Celsius en agosto.
La deshidratación y la carga de entrenamiento son los mayores enemigos, pues a los soldados se les pide entrenar con equipo completo de batalla para simular la exhibición real.
Ellos pueden beber hasta seis botellas de agua cada mañana, pero sudan tanto que algunos ni siquiera tienen que orinar.
"A veces luego de entrenar, mis botas están llenas de sudor y tengo que escurrirlas para que puedan secarse durante la noche", señaló Li.
Algunos se lastiman los tobillos o las rodillas durante el entrenamiento, pero se niegan a reportar sus lesiones a los líderes del pelotón por temor a ser sustituidos.
"Participar en un desfile militar nacional es algo que ocurre una sola vez en la vida, y no quieres lamentar después habértelo perdido", dijo Shen Dongdong del pelotón de vehículos blindados de ataque.
"¿Tú no te quejas por estar herido en una batalla real o sí?", dijo Shen. "Es lo mismo con el desfile. No es una batalla real, pero se parece, y vale la pena".
Un descanso de medio día sigue a una semana completa de entrenamiento. Sin acceso a internet, un juego de billar en la sala con aire acondicionado de su dormitorio es quizá el pasatiempo favorito de quienes van a marchar.
"¡Sólo faltan 10 días para el desfile!" es el mensaje que se puede leer en una pantalla electrónica de la sala.
Muchos de los que entrenan para el desfile se quedan en los dormitorios de una institución militar del EPL cuyos estudiantes están de vacaciones de verano.
Cientos de los profesores de la institución y sus familiares todavía viven en el campus. Viven bajo fuertes medidas de seguridad debido al entrenamiento para el desfile, aunque esto no es exactamente nuevo para ellos.
"Firmamos un contrato de confidencialidad", dijo Xiao, quien administra una tienda de abarrotes en el campus. No proporcionó su nombre completo.
A todos los residentes del campus se les pidió firmar el contrato que les prohíbe visitar ciertas partes del campus o tomar fotografías de los soldados durante tres meses, explicó Xiao.
Siempre y cuando registren sus placas, pueden entrar y salir en auto de la institución cuando lo deseen. El hotel del campus también está abierto para quienes vienen de fuera.
"No hay nada malo en mantener cierto secreto", dijo Xiao. "Ellos sólo quieren dar al mundo una gran sorpresa".
Casi cada semana, los cuarteles generales del desfile organizan ensayos conjuntos para los 38 pelotones. A veces los escuadrones de aviación, apostados por separado en los aeropuertos cercanos, también participan.
Aunque el ejército trata de mantener sus maniobras con un perfil bajo, la tarea resulta una misión imposible.
Fotografías tomadas con teléfonos celulares de los armamentos militares, en especial de los aviones que pasan, son publicadas en internet minutos después cada vez que concluyen los ejercicios.
"Vi un avión pasar una vez. Fue sorprendente", señaló Chen Xin, un trabajador de un restaurante local.
"¿Cómo me sentí cuando vi el avión? orgulloso, eso es seguro. No puedo esperar a ver el espectáculo real", agregó Chen.