BEIJING, 19 ago (Xinhua) -- Una demanda de hace 70 años sobre una disputa por bienes inmuebles en la ciudad oriental china de Nanjing, hecha pública hoy miércoles, ha arrojado luz sobre el comercio de esclavas sexuales llevado a cabo durante la invasión japonesa de China en la II Guerra Mundial.
Las fotos de la demanda manuscrita y del informe de la investigación llevada a cabo por el gobierno local han sido publicadas este miércoles en la página web de la Administración Estatal de Archivos de China como parte de los vídeos y archivos que documentan cómo un buen número de mujeres fueron forzadas a prostituirse por los japoneses.
La demanda fue interpuesta por Huang Huifeng, propietario de un edificio familiar de tres pisos en una calle comercial de Nanjing, ante el gobierno municipal en noviembre de 1945, unos meses después de que Japón se rindiera y finalizara la II Guerra Mundial.
Huang acusaba en ella al ciudadano japonés Hideyoshi Nobuyoshi de apropiarse de su casa en 1937, cuando él y su familia huyeron de la ciudad tras el estallido de la guerra, y negarse a abandonarla una vez regresaron unos meses más tarde. Aunque Nobuyoshi acordó pagar el alquiler, dejó de abonarlo en julio de 1938.
"Nobuyoshi abrió un club privado en mi casa, con un burdel en el que había 'mujeres consoladoras' ofreciendo servicios a soldados japoneses de servicio", escribió Huang.
La investigación emprendida por el gobierno de Nanjing confirmó que la casa de Huang había sido empleada como "puesto de confort", un burdel militar en el que las mujeres eran forzadas a prostituirse.
Llamadas eufemísticamente "mujeres de confort", se calcula que unas 200.000 mujeres fueron sometidas a esclavitud sexual por las tropas japonesas durante la II Guerra Mundial.
Tras su derrota, Japón destruyó muchos de los registros y documentos pertinentes, y hoy en día quedan escasas pruebas que confirmen y den detalle de las atrocidades sufridas por estas "mujeres de confort".
Sólo un puñado de mujeres siguen vivas, y muy pocas han reconocido públicamente su doloroso pasado. Miles de ellas se llevaron su secreto a la tumba sin recibir disculpas ni una compensación por parte del gobierno japonés.