Se trata de la tercera manifestación este año en Brasil en contra del Gobierno y de la presidenta Dilma Rousseff, promovidas por la oposición y grupos contrarios al Ejecutivo, ante los casos de corrupción y la desaceleración económica del país, que este año debe tener un PIB negativo cercano al menos 2 por ciento.
El Gobierno brasileño ha dicho que observa esas protestas con "respeto", y que las percibe como una prueba de la "normalidad democrática" que existe en el país.
En respuesta a la protesta de hoy, el Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Rousseff y su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, ha convocado a diversos actos "en defensa de la democracia" en todo el país para el próximo jueves.