Israel en medio de dura prueba por creciente extremismo judío

Spanish.xinhuanet.com   2015-08-06 06:47:51

JERUSALEN, 5 ago (Xinhua) -- Una serie de incidentes violentos y sangrientos ocurridos en los últimos días hicieron sonar la alarma en el sentido de que Israel podría estar convirtiéndose en una sociedad violenta y de que podría estar perdiendo el rumbo moral.

El fin de semana pasado, un judío ultraortodoxo acuchilló a seis participantes en un desfile de orgullo gay, uno de los cuales murió días después por las heridas sufridas.

Horas más tarde, la casa de una familia palestina en un pueblo de Cisjordania fue incendiada, lo que condujo a la muerte de un bebé y dejó heridos de gravedad a los padres y al hermano del niño. Se cree que extremistas judíos de un asentamiento cercano perpetraron el ataque.

Los ataques tienen un denominador común: una firme convicción religiosa que sirve de justificación para la violencia.

Eli Amir, importante escritor y publicista israelí, considera que los agresores en ambos ataques y en otros ataques similares comparten una convicción extremista que no caracteriza a la corriente principal de la fe judía.

"Odian a los árabes. Odian a quienes son diferentes de ellos", dijo Amir. "Y son guiados por rabinos extremistas a los que los políticos no se atreven a tocar".

En una declaración emitida después de los ataques, el presidente israelí Reuven Rivlin dijo que las autoridades no han hecho lo suficiente para combatir años de violencia.

El ala derecha de Israel, que ha estado en el poder en los últimos años, ha mostrado lo que sólo puede interpretarse como debilidad deliberada en el combate al extremismo violento.

En noviembre de 2014, dos hermanos quemaron una escuela bilingüe árabe-israelí en Jerusalén. No hubo víctimas en el ataque ocurrido en la noche.

Hace unas semanas, los dos hermanos fueron sentenciados a dos años de prisión y a pagar una pequeña multa. Al salir del tribunal comentaron, según informes, que "el precio pagado lo valió". Los hermanos fueron acusados de incendio deliberado y vandalismo, de ahí su leve sentencia.

Si hubieran sido juzgados por crímenes de odio, indicaron comentaristas locales, la posible sentencia hubiera sido mucho más dura.

De acuerdo con Amir, el reciente aumento de la violencia es resultado de una combinación de convicciones religiosas distorsionadas y 48 años de ocupación israelí de Cisjordania que han conducido a la "codicia" en ciertos sectores de la sociedad israelí.

El tiempo que ha durado la ocupación israelí de los territorios poblados por palestinos ha difuminado las líneas entre lo que es legal y lo que no lo es. En un reciente intento por burlar la ley israelí en Cisjordania con el fin de permitir una nueva construcción de asentamientos, el ministro de Justicia de Israel, Ayelet Shaked, propuso un tribunal separado para estos asuntos con jurisdicción especial en Cisjordania.

La medida fue criticada por muchos dentro y fuera de Israel. Pero, en esencia, fue una admisión de partes del ala derecha israelí de que, actualmente, el país no ejerce plenamente su soberanía sobre Cisjordania como afirma tener el derecho legal a hacer.

Los ataques tienen el potencial de deteriorar aún más las relaciones de Israel con los palestinos.

Pero las dos partes deben ser responsabilizadas por el estancamiento entre ellas.

¿Impulsará la actual oleada de violencia y la posterior indignación pública al gobierno israelí a tomar medidas concretas en contraposición a declaraciones aparentemente huecas?

"Estos eventos pueden servir como un llamado de atención para la sociedad israelí. Todos están profundamente consternados y esto podría ser un catalizador", dijo Amir.

Pero mientras el gobierno israelí de derecha esté en el poder, difícilmente se puede esperar un cambio significativo. Por el momento, el gobierno israelí encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu no ha tomado medidas concretas.

De acuerdo con Amir, muchos de los que apoyan los actos violentos ocurridos forman parte del electorado del gobierno actual.

Un gobierno de izquierda probablemente no podría erradicar plenamente los actos de violencia, pero quizás se tomarían medidas más efectivas en un intento honesto por lograrlo, dijo,

Es claro que el aparato de seguridad de Israel tiene la capacidad para combatir estos desafíos, pero tiene que recibir órdenes directas y explícitas para hacerlo y recibir además las herramientas legislativas necesarias.

El clima actual, puesto de relieve por las recientes declaraciones racistas de ministros y figuras públicas israelíes, es un terreno fértil para la violencia contra las minorías.

Durante el último día de la elección en Israel, cuando Netanyahu advirtió a sus simpatizantes que los votantes árabes "se están dirigiendo en manada a las casillas", el primer ministro expresó el sentir de muchos de sus electores.

La declaración fue considerada extremadamente ofensiva para los cimientos democráticos de Israel que otorga a las minorías, como a los árabes israelíes, el derecho a votar.

Su posterior disculpa no resultó convincente y los principales asesores del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, incluso señalaron que sería difícil eliminar tales comentarios del registro público.

Israel se encuentra en una encrucijada en la que debe decidir si ahondará aún más en el extremismo y la violencia o si elegirá un camino más moderado y tolerante hacia las minorías, indicaron observadores.

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Israel en medio de dura prueba por creciente extremismo judío

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JERUSALEN, 5 ago (Xinhua) -- Una serie de incidentes violentos y sangrientos ocurridos en los últimos días hicieron sonar la alarma en el sentido de que Israel podría estar convirtiéndose en una sociedad violenta y de que podría estar perdiendo el rumbo moral.

El fin de semana pasado, un judío ultraortodoxo acuchilló a seis participantes en un desfile de orgullo gay, uno de los cuales murió días después por las heridas sufridas.

Horas más tarde, la casa de una familia palestina en un pueblo de Cisjordania fue incendiada, lo que condujo a la muerte de un bebé y dejó heridos de gravedad a los padres y al hermano del niño. Se cree que extremistas judíos de un asentamiento cercano perpetraron el ataque.

Los ataques tienen un denominador común: una firme convicción religiosa que sirve de justificación para la violencia.

Eli Amir, importante escritor y publicista israelí, considera que los agresores en ambos ataques y en otros ataques similares comparten una convicción extremista que no caracteriza a la corriente principal de la fe judía.

"Odian a los árabes. Odian a quienes son diferentes de ellos", dijo Amir. "Y son guiados por rabinos extremistas a los que los políticos no se atreven a tocar".

En una declaración emitida después de los ataques, el presidente israelí Reuven Rivlin dijo que las autoridades no han hecho lo suficiente para combatir años de violencia.

El ala derecha de Israel, que ha estado en el poder en los últimos años, ha mostrado lo que sólo puede interpretarse como debilidad deliberada en el combate al extremismo violento.

En noviembre de 2014, dos hermanos quemaron una escuela bilingüe árabe-israelí en Jerusalén. No hubo víctimas en el ataque ocurrido en la noche.

Hace unas semanas, los dos hermanos fueron sentenciados a dos años de prisión y a pagar una pequeña multa. Al salir del tribunal comentaron, según informes, que "el precio pagado lo valió". Los hermanos fueron acusados de incendio deliberado y vandalismo, de ahí su leve sentencia.

Si hubieran sido juzgados por crímenes de odio, indicaron comentaristas locales, la posible sentencia hubiera sido mucho más dura.

De acuerdo con Amir, el reciente aumento de la violencia es resultado de una combinación de convicciones religiosas distorsionadas y 48 años de ocupación israelí de Cisjordania que han conducido a la "codicia" en ciertos sectores de la sociedad israelí.

El tiempo que ha durado la ocupación israelí de los territorios poblados por palestinos ha difuminado las líneas entre lo que es legal y lo que no lo es. En un reciente intento por burlar la ley israelí en Cisjordania con el fin de permitir una nueva construcción de asentamientos, el ministro de Justicia de Israel, Ayelet Shaked, propuso un tribunal separado para estos asuntos con jurisdicción especial en Cisjordania.

La medida fue criticada por muchos dentro y fuera de Israel. Pero, en esencia, fue una admisión de partes del ala derecha israelí de que, actualmente, el país no ejerce plenamente su soberanía sobre Cisjordania como afirma tener el derecho legal a hacer.

Los ataques tienen el potencial de deteriorar aún más las relaciones de Israel con los palestinos.

Pero las dos partes deben ser responsabilizadas por el estancamiento entre ellas.

¿Impulsará la actual oleada de violencia y la posterior indignación pública al gobierno israelí a tomar medidas concretas en contraposición a declaraciones aparentemente huecas?

"Estos eventos pueden servir como un llamado de atención para la sociedad israelí. Todos están profundamente consternados y esto podría ser un catalizador", dijo Amir.

Pero mientras el gobierno israelí de derecha esté en el poder, difícilmente se puede esperar un cambio significativo. Por el momento, el gobierno israelí encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu no ha tomado medidas concretas.

De acuerdo con Amir, muchos de los que apoyan los actos violentos ocurridos forman parte del electorado del gobierno actual.

Un gobierno de izquierda probablemente no podría erradicar plenamente los actos de violencia, pero quizás se tomarían medidas más efectivas en un intento honesto por lograrlo, dijo,

Es claro que el aparato de seguridad de Israel tiene la capacidad para combatir estos desafíos, pero tiene que recibir órdenes directas y explícitas para hacerlo y recibir además las herramientas legislativas necesarias.

El clima actual, puesto de relieve por las recientes declaraciones racistas de ministros y figuras públicas israelíes, es un terreno fértil para la violencia contra las minorías.

Durante el último día de la elección en Israel, cuando Netanyahu advirtió a sus simpatizantes que los votantes árabes "se están dirigiendo en manada a las casillas", el primer ministro expresó el sentir de muchos de sus electores.

La declaración fue considerada extremadamente ofensiva para los cimientos democráticos de Israel que otorga a las minorías, como a los árabes israelíes, el derecho a votar.

Su posterior disculpa no resultó convincente y los principales asesores del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, incluso señalaron que sería difícil eliminar tales comentarios del registro público.

Israel se encuentra en una encrucijada en la que debe decidir si ahondará aún más en el extremismo y la violencia o si elegirá un camino más moderado y tolerante hacia las minorías, indicaron observadores.

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