CARACAS, 31 jul (Xinhua) -- El presidente venezolano, Nicolás Maduro, alertó este viernes que la derecha internacional planea maniobras desestabilizadoras para revertir los procesos progresistas en América Latina.
Durante un acto de gobierno en Caracas, el jefe de Estado venezolano aseguró que detrás de esta "conspiración" se encuentran las grandes transnacionales y los lobbys financieros que rigen la política exterior de Estados Unidos, en complicidad con los sectores opositores locales.
"Es una conspiración del poder imperial que va más allá de (Barack) Obama, él es una circunstancia. Ellos creen que pueden revertir los procesos de cambios revolucionarios y progresista en América Latina y debemos denunciarlo para advertir al mundo. La ideología del Plan Cóndor está detrás de todos los planes desestabilizadores en la región", previno Maduro.
En ese sentido el presidente suramericano sustentó sus planteamientos en los recientes hechos de violencia ocurridos en la localidad de San Félix, localizada en el suroccidental estado venezolano de Bolívar, donde perdió la vida un ciudadano.
De acuerdo con el mandatario, hasta el momento 60 personas han sido detenidas, luego de que los cuerpos de seguridad del estado restauraran el orden cuando un grupo de manifestantes causaron esta mañana caos en la zona al saquear varios establecimientos comerciales y destruir unidades de transporte público.
"Me informan que fue un acto planificado (...) pero les aseguro que va a haber justicia contra los que asesinaron a este muchacho y para los que crearon zozobra en San Félix", comunicó.
Exhortó al pueblo venezolano a permanecer alerta ante la reactivación de estos focos violentos, similares a los ocurridos en el país en el primer semestre de 2014 que dejaron un saldo de 43 fallecidos, 870 lesionados y pérdidas materiales superiores a los 10.000 millones de dólares.
De igual forma Maduro se refirió a la "actitud provocadora" del presidente guyanés, David Granger, al negarse a entablar un diálogo respetuoso con su par venezolano para solventar las actuales tensiones debido al diferendo territorial entre ambos países por la soberanía del Esequibo.
"Estoy haciendo todo lo posible y más, desde el punto de vista diplomático, para evitar un enfrentamiento violento entre los dos países, ese es el plan al provocar una escalada en la controversia por el Esequibo. Por eso fui a Nueva York este martes para entrevistarme con Ban Ki-moon y solicitarle que activara iniciativas diplomáticas para designar al Buen Oficiante que medie en el conflicto", declaró.
El presidente suramericano detalló también que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se mostró muy receptivo a su petición y propuso celebrar en septiembre próximo una reunión entre ambos jefes de Estado.
Sobre este aspecto el mandatario sentenció estar dispuesto a reunirse con Granger "donde sea y cuando sea para dialogar siempre en el marco del Derecho Internacional y del Acuerdo de Ginebra de 1966".
Dicho pacto, suscrito por Venezuela e Inglaterra (antigua metrópoli de Guyana) y con el beneplácito de Georgetown, legitima la existencia de una disputa por el Esequibo entre ambos países y establece que mientras no se llegue a una solución consensuada, ninguna de las partes puede disponer de ese territorio ni de sus recursos.
Guyana ha concedido bloques de exploración a empresas transnacionales petroleras como la Exxon Mobil, que desconociendo los reclamos de Caracas, ha emprendido sus labores en dicha zona.
"La postura provocadora de Granger ha elevado a otro nuevo nivel la lucha diplomática de Venezuela por su Guayana Esequiba. En todos los espacios vamos a denunciar estas violaciones y nuestra respuesta será firme hasta que logremos por la vía política y pacífica recuperar el territorio que históricamente nos pertenece", afirmó.
Maduro comentó que ha estado en comunicación con otros presidentes de la región, quienes también perciben estas amenazas y coinciden en la necesidad de consolidar la integración continental como escudo frente a los intentos golpistas de la derecha.
Tal es el caso de los jefes de estado de Bolivia, Evo Morales; de Argentina, Cristina Fernández; de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén y de Ecuador, Rafael Correa, países donde se han registrado disturbios violentos en las últimas semanas.
Al respecto el mandatario anunció que el venidero 13 de agosto se realizará una jornada internacional de solidaridad con Correa y la Revolución Ciudadana que lidera, debido a que en esa misma fecha está planificado un intento de golpe de estado contra el proceso inclusivo y de justicia social ecuatoriano.
"Desde aquí nos uniremos para apoyar a Ecuador y demostrarle a las derechas maltrechas de nuestros países que América Latina es un continente unido de paz y libre, determinado a defender la independencia alcanzada en las últimas décadas", exclamó Maduro.