RIO DE JANEIRO, 29 jul (Xinhua) -- El Ayuntamiento de Río de Janeiro quiere evitar que al finalizar los Juegos Olímpicos del año que viene en la ciudad, queden "elefantes blancos", tal y como son conocidas las grandes obras que no son utilizadas posteriormente tras el evento para el cual fueron construidas.
"Esta va a ser la Olimpiada del legado", explicó hoy ante la prensa el secretario ejecutivo de Coordinación municipal, Pedro Paulo Carvalho Teixeira, tras una visita al Parque Olímpico, en la zona de Barra da Tijuca, en la zona oeste de la ciudad.
Según él, la intención de la alcaldía de la ciudad más turística de Brasil es seguir el ejemplo de ciudades como Múnich, Sidney y Londres, que tras organizar unos Juegos Olímpicos, fueron capaces de sacarle partido a las instalaciones deportivas.
Carvalho Teixeira resaltó la importancia de que el 60 por ciento del dinero invertido en la construcción y adaptación de las instalaciones proceda del sector privado, algo que debe garantizar que estas infraestructuras no permanezcan cerradas tras la celebración de los Olímpicos.
Con el 40 por ciento restante, la intención del ayuntamiento es reciclar las infraestructuras para convertirlas en escuelas, parques, hospitales o centros deportivos.
"Existe una preocupación por aprovechar bien estas instalaciones", dijo el funcionario, quien agregó que dentro de los planes municipales "habrá espacio para proyectos sociales y eventos, que podrán ayudar a financiarlo todo".
Según las previsiones del ayuntamiento, de las nueve instalaciones que componen el Parque Olímpico, por ejemplo, siete serán mantenidas después de 2016, mientras que las otras dos serán desmanteladas, como será el caso del pabellón donde se jugará a balonmano, que dará lugar a cuatro escuelas, y el Parque de Deodoro, que albergará pruebas piragüismo y ciclismo, será reconvertido en un espacio tanto para el ocio, como para la práctica de deportes extremos.