ROMA, 27 jul (Xinhua) -- De acuerdo con la mayoría de las estimaciones, Italia registra más de 500 huelgas laborales al año, más que cualquier otro país de Europa y quizás más que cualquier otro país del mundo.
En las últimas semanas, periodistas italianos, maleteros de aeropuertos, choferes de autobuses y recolectores de basura han iniciado una huelga en un momento u otro.
Los economistas señalan que estos cientos de huelgas laborales realizadas cada año muy probablemente cuestan a Italia miles de millones en producción perdida y otras ineficiencias, además de que dañan la imagen del país en el extranjero.
La causa de raíz de los prolíficos huelguistas italianos, señalan los expertos, se remonta a una reforma encaminada a asegurar los servicios públicos básicos, incluso cuando los trabajadores abandonan el trabajo.
Es difícil calcular el impacto económico o la efectividad de tanta escasez laboral en parte debido a las inusuales reglas que rodean las huelgas en Italia, las cuales fueron establecidas desde los noventa.
"Hay leyes establecidas para garantizar el derecho a la huelga y para asegurarse de que incluso si hay una huelga, por lo menos los servicios más esenciales no sean afectados", dijo a Xinhua Giovanni Pino, jefe del gabinete de la comisión gubernamental que hace que las huelgas cumplan la ley italiana.
Pino dijo que los cambios de los noventa buscaban un equilibrio entre el derecho de los trabajadores a irse a la huelga para exigir mejores condiciones y el derecho de los ciudadanos de tener acceso a servicios básicos. Como resultado, las huelgas no pueden durar más de un día y si una huelga es por un servicio esencial como el transporte, los trabajadores tienen que estar en su puesto durante las horas pico.
"El resultado son muchas huelgas que normalmente no son efectivas", dijo Andres Giuricin, integrante del grupo de expertos del Instituto Bruno Leoni, en una entrevista. "Hay un impacto económico en términos de lo imprevisible, lo que hace que la economía italiana funcione con menos eficiencia y en términos de la imagen de Italia como un sitio para hacer negocios".
Aunque las huelgas son relativamente breves y organizadas de manera que exista un impacto mínimo sobre los servicios, las huelgas han logrado cambios significativos en los últimos años. Por ejemplo, una huelga de taxistas en Roma convenció al gobierno para no impulsar más reformas que podrían haber agregado más taxis en la capital.
Las huelgas de trabajadores públicos y trabajadores de la salud también han tenido como resultado cambios en las condiciones laborales de estos sectores. Pero la mayoría de los analistas apuntan a la necesidad de una reforma.
Paolo Naticchini, científico político de la Universidad Roma Tre, dijo que las leyes que rigen las huelgas requieren una reforma, pero agregó que cualquier reforma debe ser cuidadosa en cuanto a lograr un equilibrio entre las necesidades de los trabajadores y los consumidores, los propietarios de negocios y el gobierno.
"Si hay muy pocas huelgas, los trabajadores serán débiles y si hay demasiadas, esto será difícil para los negocios", dijo Naticchioni en una entrevista. "No sé si el sistema aquí sea perfecto, pero hay alternativas peores", dijo.