TOKIO, 21 jul (Xinhua) -- El gabinete japonés dio a conocer hoy un libro blanco sobre defensa para 2015 y en la versión más reducida de tal documento en 10 años, una gran parte está dedicada a describir la "amenaza militar de China".
Pero la verdadera intención de la administración del primer ministro Shinzo Abe al exagerar la llamada "amenaza de China" es, obviamente, usarla como excusa para racionalizar un cambio fundamental en su propia política de seguridad y la aprobación reciente de controversiales iniciativas de seguridad en la cámara baja del Parlamento.
Al inicio del documento de 400 páginas, Japón describe el ambiente de seguridad en torno al país como cada vez más severo y destaca la presunta concentración militar de China y las actividades de China en el Mar Oriental de China y el Mar Meridional de China.
La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, afirmó a principios de este mes cuando se dio a conocer parcialmente el contenido del documento que "las actividades en cuestión de China se realizan en aguas ubicadas dentro de la jurisdicción de China y más allá de toda disputa. Las protestas de Japón son infundadas y China no acepta la irracional petición de Japón".
Sobre la expansión del presupuesto de defensa de China que de acuerdo con Japón es 41 veces mayor que el nivel del año fiscal 1989, Hua respondió claramente: "Esto concuerda con el vigoroso desarrollo económico de China".
China siempre ha insistido en la paz y la cooperación internacional en el ámbito de defensa y la administración Abe sabe además que el desarrollo de China no constituye ninguna amenaza para Japón. Sin embargo, en repetidas ocasiones la administración Abe ha exagerado la llamada "amenaza de China", lo que tiene como objetivo principal desviar la atención de la gente de un Japón cada vez más agresivo.
El truco no es nuevo. Tales afirmaciones han sido recurrentes en los libros blancos sobre defensa de Japón durante más de 20 años, sobre todo desde que Abe se convirtió en primer ministro por primera ocasión en el 2006.
Después de que forzó la aprobación en la cámara baja de las controversiales iniciativas sobre seguridad, el nivel de aprobación del gobierno de Abe se desplomó al 37 por ciento, el nivel más bajo desde que asumió el cargo de nuevo a fines de 2012.
Los resultados de encuestas recientes también muestran que la mayor parte de la gente en Japón se opone a las iniciativas, las cuales permitirán a las fuerzas de autodefensa japonesas combatir en el extranjero incluso si el propio Japón no es atacado.
Para seguir engañando al público, el gobierno de Abe eligió exagerar de manera continua la "amenaza de China" mientras el propio Japón es conducido por un camino más peligroso hacia la militarización.
El ministro de Defensa de Japón, Gen Nakatani, escribió en el prefacio del libro blanco de este año que Japón no puede dejar de pensar en su política de seguridad porque la situación de seguridad a su alrededor está cambiando con rapidez.
Irónicamente, tomando en cuenta el contenido del libro blanco japonés sobre defensa y la mentalidad de guerra fría del gobierno de Abe, Japón en efecto no ha cambiado con la época en cuanto a su política de seguridad, lo que representa un gran peligro tanto para el país como para el mundo.