LA PAZ, 24 sep (Xinhua) -- El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó este miércoles en la 80ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que la verdadera amenaza a la democracia no proviene del comunismo, sino de las élites económicas y políticas que, según dijo, buscan frenar los procesos emancipadores de los pueblos.
"Para decepción de los políticos y pensadores liberales, la amenaza a la democracia no procede del comunismo (...) procede de los poderosos que no se sienten cómodos con la irrupción de los pueblos que, de forma organizada, participan del Estado a través del sufragio popular", afirmó Arce ante el pleno de la ONU, intervención transmitida por los medios estatales locales
Arce participó en la Reunión de Alto Nivel titulada "En defensa de la democracia: luchando contra el extremismo", donde centró su discurso en una crítica a la crisis de la democracia liberal y a lo que describió como intentos hegemónicos de reducir la participación ciudadana.
El mandatario boliviano sostuvo que lo que está en riesgo es la democracia representativa, "cada vez menos pluralista y participativa", donde los partidos se encuentran "asediados y debilitados".
De igual forma denunció restricciones crecientes a libertades fundamentales, como la de expresión y organización, incluso alertó que se suspenden elecciones bajo pretexto de conflictos bélicos.
En contraposición a los análisis que atribuyen a ideologías de izquierda la fragilidad democrática, insistió en que "los sectores hegemónicos de la burguesía mundial y nacional son los que ven con incomodidad la expansión de formas participativas y directas de democracia".
Arce introdujo además el concepto de "guerra híbrida" para referirse a las estrategias aplicadas contra gobiernos populares, que, en su criterio, combinan presiones comerciales, cuestionamientos judiciales, sanciones unilaterales y operaciones militares bajo acusaciones de narcotráfico.
De acuerdo con el presidente boliviano, estas medidas no solo buscan debilitar a líderes específicos, sino también "preservar los intereses del capital concentrado en un mundo que se resiste a abandonar la unipolaridad".
"El extremismo que enfrentamos hoy promueve odio, intolerancia, xenofobia, violencia y crímenes de lesa humanidad y genocidios", subrayó Arce.
A su juicio, ese mismo extremismo está detrás de genocidios, desplazamientos forzados y nuevos tipos de golpes de Estado que afectan de manera directa a países con gobiernos sustentados en el voto popular.
El mandatario aprovechó su intervención para defender el modelo boliviano de Estado Plurinacional, sustentado en la diversidad y en la participación de pueblos indígenas y campesinos.
"El extremismo que niega la diferencia y busca la exclusión constituye una amenaza directa a nuestra identidad y a la esencia de nuestra democracia", recalcó.
Arce instó a que la ONU convoque de manera periódica encuentros multilaterales para evaluar los desafíos de las democracias contemporáneas y reivindicó el papel de las organizaciones sociales como garantes de una democracia real, participativa y directa.