
BELÉM, Brasil, 22 sep (Xinhua) -- La ciudad brasileña de Belém, capital del estado de Pará (norte) y situada en el corazón de la Amazonia, avanza a paso firme en los preparativos para albergar en noviembre la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
La COP30 reunirá a miles de participantes de todo el mundo y se perfila como un hito histórico para Brasil, además de que promete dejar un legado duradero en infraestructura, economía y sostenibilidad para la región.
A pocas semanas del inicio de la conferencia, los trabajos de modernización son visibles en toda la ciudad. Se están renovando calles, avenidas, espacios culturales y servicios turísticos con el objetivo de presentar a Belém como un destino internacional capaz de recibir a las delegaciones de alto nivel que asistirán al encuentro.
"Belém ha sido muy cuestionada sobre por qué la COP sucede aquí, y es justamente por el avance que la ciudad está logrando. Los beneficios para nuestra población, incluso en la periferia, son innumerables", afirmó a Xinhua el secretario municipal para la COP30, André Godinho.
El funcionario destacó que la elección de Belém representa una oportunidad única para mostrar al mundo una Amazonia urbana, con más de 1,4 millones de habitantes que enfrentan los desafíos típicos de una gran metrópoli amazónica.
"Discutir el clima en el corazón de la Amazonia dará una perspectiva diferente al debate global", añadió.
El evento representa también una oportunidad económica clave, especialmente para el turismo regional.

"Recibir un evento de esta magnitud es histórico para Belém y para el estado de Pará. La cadena del turismo involucra desde taxis y conductores de aplicaciones hasta hoteles y vendedores ambulantes", señaló Alex Silva, presidente de la Asociación Brasileña de Agencias de Viajes en Pará, a Xinhua.
Según Silva, la COP30 posicionará a Belém como un destino turístico relevante y contribuirá al fortalecimiento de la economía local, promoviendo la cultura, gastronomía y diversidad del estado de Pará ante el mundo.
Sin embargo, de los principales retos sigue siendo la capacidad de alojamiento. La fuerte demanda de hospedaje ha disparado los precios y generado críticas por parte de algunas delegaciones.
"Los precios están triplicados. Lo que costaba 500 reales (unos 93 dólares) ahora cuesta entre 700 y 800 reales (130 a 150 dólares)", manifestó Carlos Mejía, empleado de un hotel local.
Para mitigar la situación, el Gobierno ha dispuesto la incorporación de dos cruceros que se anclarán en la ribera para albergar aparte de las delegaciones extranjeras. También se están inspeccionando los hoteles para asegurar tarifas justas y accesibles.
Las autoridades aseguran que las obras avanzan según lo previsto.
"Son 5.000 millones de reales (unos 935 millones de dólares) invertidos en más de 37 proyectos en la región metropolitana, con 5.000 empleos generados. Todas las obras están con más del 95 por ciento de avance y quedarán como legado para la población", explicó Alder Gerciley Almeida, secretario regional de Infraestructura y Logística.

El plan incluye mejoras en transporte, saneamiento y espacios públicos, concebidas no solo para la COP30, sino también para el desarrollo urbano a largo plazo.
Más allá de los aspectos logísticos, la COP30 servirá para posicionar a Brasil como un actor clave en las negociaciones climáticas globales.
"Ya confirmamos la presencia de 140 países. Esta será una COP de la implementación y de compromisos cada vez más firmes", destacó Ursula Vidal, secretaria regional de Cultura, quien subrayó el trabajo conjunto de los gobiernos local, estatal y federal para asegurar el éxito del evento.
La hidroeléctrica binacional Itaipú (Brasil-Paraguay), una de las principales patrocinadoras de la conferencia, también tendrá un rol protagónico en los debates sobre financiamiento climático.
"La COP30 será una COP de la acción. Es necesario definir quién va a financiar las medidas ambientales", afirmó Carlos Carbone, director de Coordinación de Itaipú Binacional.
Las autoridades esperan que la COP30 marque un punto de inflexión para Belém, no solo por el impulso económico, sino también por el fortalecimiento de políticas públicas sostenibles.
La expectativa es que las mejoras urbanas y el crecimiento del turismo perduren más allá del evento, posicionando a la ciudad como un referente mundial en el debate climático y en la protección del bioma amazónico.