(Multimedia) Comentario de Xinhua: Medio siglo después, los lazos entre China y la UE exigen colaboración y no división | Spanish.xinhuanet.com

(Multimedia) Comentario de Xinhua: Medio siglo después, los lazos entre China y la UE exigen colaboración y no división

spanish.news.cn| 2025-07-24 10:50:15|
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El vuelo MU845 con destino a París está listo para partir del Aeropuerto Internacional de Nanjing Lukou, en Nanjing, provincia de Jiangsu, el este de China, el 8 de julio de 2025. (Xinhua/Fang Tianxiang)

por los periodistas de Xinhua Zhang Zhaoqing y Chen Binjie

BRUSELAS, 24 jul (Xinhua) -- Este año se celebra el 50º aniversario de los lazos diplomáticos entre China y la Unión Europea (UE), un hito en una relación que ha madurado a través del diálogo, la cooperación y el beneficio mutuo.

A medida que el panorama internacional se vuelve cada vez más tenso, el aniversario ofrece un oportuno recordatorio: China es un socio fundamental para Europa, no un rival sistémico.

Esta distinción es importante. A pesar de los desacuerdos ocasionales, la relación entre China y Europa se sustenta en una amplia gama de intereses compartidos, como el comercio, el clima y la gobernanza mundial. Estas áreas de terreno común no deben quedar eclipsadas por puntos aislados de fricción.

De apenas 2.400 millones de dólares en intercambios comerciales en 1975 a casi 785.000 millones de dólares en 2024, los lazos económicos entre China y la UE se han convertido en uno de los motores más vibrantes del crecimiento mundial. Decenas de miles de trenes de mercancías han unido ciudades chinas con más de dos docenas de países europeos. Los flujos de inversión no han dejado de crecer. El turismo, la educación y los intercambios entre personas están floreciendo. Esta relación no es conflictiva, sino esencial.

Es cierto que, como todos los grandes actores económicos, China y la UE no están de acuerdo en todo. Pero desacuerdo no significa confrontación. De hecho, es a través del diálogo como se pueden gestionar las diferencias y potenciar los intereses mutuos.

Algunos en Europa expresan su preocupación por los llamados desequilibrios comerciales y siguen el discurso de Washington de "reducción de riesgos" y "desvinculación de China". Pero tales preocupaciones a menudo pasan por alto un panorama más amplio.

La UE lleva mucho tiempo beneficiándose de su comercio con China, no solo por las exportaciones de bienes, sino por el acceso que disfrutan sus empresas a un mercado vasto y en evolución. Desde marcas de lujo y automóviles hasta productos farmacéuticos e ingeniería, las empresas europeas han construido una fuerte presencia en China.

Un contenedor de China Railway Express en el parque logístico Csepel Freeport Logistics Park de Budapest, Hungría, el 12 de abril de 2022. (Xinhua/Attila Volgyi)

Además, el comercio no se limita a las mercancías. Servicios como la educación, los viajes y el turismo, en los que Europa disfruta de claras ventajas, han constituido una parte creciente y vital de los intercambios bilaterales. Los turistas, estudiantes y viajeros de negocios chinos han contribuido significativamente a la economía y la vida cultural de Europa.

China y Europa comparten también principios comunes. Ambos abogan por el multilateralismo, un sistema internacional centrado en la ONU y un régimen comercial multilateral cuyo núcleo sea la Organización Mundial del Comercio (OMC). Ambos apoyan la multipolaridad y la globalización. Ambos se han comprometido a abordar el cambio climático y los déficits de desarrollo, retos reales que exigen cooperación, no confrontación.

China, que no busca el dominio en los asuntos mundiales, nunca ha impuesto sus opciones a Europa, ni ha culpado a la UE de sus desafíos internos. Al contrario, China ha apoyado sistemáticamente una Europa fuerte, unida y estratégicamente autónoma. China cree firmemente que Europa es un polo crítico en un mundo multipolar y un socio clave para promover un orden global más inclusivo y justo.

La búsqueda china de un desarrollo de alta calidad se alinea naturalmente con los objetivos europeos de una transición ecológica y una competitividad renovada. A pesar de las diferencias en algunos temas, la puerta de China a Europa sigue abierta. Seguirá ampliando la cooperación en ámbitos que van desde el desarrollo ecológico a la innovación digital, y desde la gobernanza de la IA a la defensa de una economía mundial libre y abierta.

La importancia de los lazos entre China y la UE va mucho más allá de los intereses bilaterales. Ya sea en las cadenas de suministro ecológicas, en la creación de normas tecnológicas conjuntas o en la gobernanza climática, cada área de cooperación envía una señal de esperanza y estabilidad a un mundo en constante cambio.

Como bien ha señalado el grupo de expertos sobre cambio climático E3G, China y la UE son potencias en tecnologías limpias y marcan la agenda de la política climática mundial. Permitir que las tensiones geopolíticas o las fricciones comerciales descarrilen esta cooperación sería un grave error estratégico.

La relación necesita más confianza, no recelos; más puentes, no barreras. Para ello es necesario recuperar el espíritu original del compromiso China-UE, basado en el respeto mutuo, el beneficio mutuo y el progreso compartido.

Como señaló Gerhard Stahl, exfuncionario de la UE, considerar a China un "rival sistémico" ha contribuido más a alimentar los malentendidos que a fomentar un compromiso constructivo. China, uno de los socios más importantes de Europa, ofrece previsibilidad a largo plazo y enormes oportunidades. Las perspectivas de las relaciones entre China y la UE son más brillantes que nunca.

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