
RÍO DE JANEIRO, 22 jul (Xinhua) -- La imposición de una tarifa del 50 por ciento sobre las exportaciones brasileñas a Estados Unidos, anunciada por el presidente Donald Trump y prevista para entrar en vigor el 1 de agosto, podría costar a Brasil hasta 31.000 millones de dólares en su Producto Interno Bruto (PIB) y amenazar más de 1,3 millones de empleos, advirtió el lunes la Federación de las Industrias del Estado de Minas Gerais (FIEMG).
Según un estudio del área de Economía y Finanzas Empresariales de la FIEMG, el impacto económico de esta medida comercial podría extenderse por un plazo de entre cinco y 10 años.
De acuerdo con esa institución, en un escenario hipotético aún más grave, en el que Brasil respondiera con una tarifa equivalente del 50 por ciento sobre productos estadounidenses, las pérdidas podrían alcanzar los 47.000 millones de dólares, con una caída del 2,21 por ciento del PIB nacional, una reducción de la masa salarial cercana a los 6.570 millones de dólares y una disminución de la recaudación tributaria superior a 1.300 millones de dólares.
Estados Unidos es actualmente el segundo destino de las exportaciones brasileñas, solo detrás de China. En 2024, Brasil exportó bienes por 40.400 millones de dólares al país norteamericano, equivalentes al 1,8 por ciento del PIB. Los principales productos fueron combustibles minerales, hierro y acero, maquinaria, aeronaves y café.
El estado de Minas Gerais, uno de los principales polos industriales del país, se perfila como uno de los más afectados por la nueva política arancelaria de EE. UU. En 2024, Minas exportó 4.620 millones de dólares a Estados Unidos, el 2,3 por ciento de su PIB, con café, hierro, acero y maquinaria como los principales productos.
De acuerdo con la FIEMG, los aranceles estadounidenses podrían reducir el PIB de Minas Gerais en 3.900 millones de dólares, lo que implica una contracción del 2 por ciento, con una pérdida de 570 millones de dólares en masa salarial y la eliminación de hasta 187.000 empleos. Sectores como la siderurgia, el transporte, los productos minerales no metálicos y los servicios serían los más golpeados.
Ante la gravedad de los posibles impactos, la FIEMG instó al Gobierno brasileño a actuar con firmeza, pero privilegiando la vía diplomática para evitar que la medida entre en vigor.
"El agravamiento de la crisis comercial entre Brasil y Estados Unidos representa un riesgo grave para la estabilidad económica y el desarrollo industrial del país", afirmó el presidente de la FIEMG, Flávio Roscoe.
"Responder con la misma moneda puede generar efectos inflacionarios en Brasil, por eso el camino más inteligente es la diplomacia. Los Estados Unidos son un socio tradicional del país, y nuestras economías son naturalmente complementarias", añadió.
Roscoe defendió que se mantenga el flujo de comercio entre ambas naciones, en beneficio mutuo, y expresó su preocupación por la posible pérdida de competitividad de las empresas brasileñas en uno de sus mercados clave. La FIEMG considera que la búsqueda de un acuerdo bilateral debe ser prioritaria para evitar daños duraderos a la economía nacional.