Por Cristóbal Chávez Bravo
SANTIAGO, 14 jul (Xinhua) -- "Tiene una guitarra en la mano", dijo un estudiante mientras otro esbozaba que las siluetas "están en un carrete (fiesta)"; ambos comentaban una obra del pintor Roberto Matta (1911-2002), uno de los exponentes artísticos de Chile más celebrados en el mundo, quien contará con una muestra permanente en el Museo Nacional Bella Artes (MNBA) del país sudamericano.
La exhibición "Roberto Matta. Abrir la mirada" se inauguró a inicios de mes en la "Sala Chile" del MNBA, un palacio centenario afincado en el centro de la capital, sede de la principal institución difusora de las artes visuales en Chile.
La directora del MNBA Varinia Brodsky explicó a Xinhua que Matta es un "artista fundamental, no solo para Chile, es un artista que es universal".
"Perteneció a la vanguardia del surrealismo europeo y fue tremendamente influyente porque, además, se codeó con artistas de esas décadas muy relevantes. Por lo cual es un referente para el mundo del arte contemporáneo y yo creo que un orgullo para este país", profundizó la también artista.
Brodsky abundó que la obra de Matta sigue estando vigente y su potencia e imaginario es "desbordante".
Entre las ocho obras de la exhibición destacan cuatro pinturas sobre arpilleras (una pieza textil que se utiliza como embalaje) que hizo en 1971 en su visita al país para conocer el proyecto socialista del presidente Salvador Allende (1970-1973).
Durante esa época y bajo la dirección del loado artista chileno Nemesio Antúnez, Matta aprovechó los materiales de la construcción de una gran sala subterránea (que ahora se llama Sala Matta) para confeccionar las arpilleras, que de un total de 12 donó cuatro al MNBA.
"Matta estaba colaborando y solidarizando con todo ese movimiento político y, en este museo, aprovechando los sobrantes de esa construcción, desarrolló 12 arpilleras. Además, invitó a los trabajadores del museo a hacerlas con él, que era parte del sentido social que cruzaba su trabajo", profundizó Brodsky.
Las arpilleras están montadas en pendiente casi a ras de piso para mantener con buena salud su preservación, porque las obras están fabricadas con barro, tierra y paja, materialidades que le entregan gran peso.
"La arpillera como formato es algo que también influenció posteriormente a todo el trabajo de las mujeres vinculadas a los temas de defensa a los derechos humanos en la dictadura (1973-1990), yo creo que en ese sentido marca un hito muy relevante", recordó la directora del museo.
Durante uno de los primeros días de exhibición de las obras de Matta, un grupo de estudiantes de cuarto medio (último curso de la colegiatura chilena) del Liceo Artístico de la comuna de Quinta Normal, en la capital, comentaba con acuciosidad la arpillera "El ojo del alma es una estrella roja".
A uno le llamó la atención la posible guitarra que portaba uno de los personajes de la obra, que en el centro mostraba una estrella roja, el único color vivo de la arpillera.
La coordinadora de Mediación y Educación del MNBA, Graciela Echiburu, y quien le realizó el recorrido a los estudiantes, comentó que se produjo una "conexión fluida y espontánea, la mayoría partió describiendo la espacialidad representada".
"Comentaron los lugares que imaginaron a partir de las obras y lo que creen que representó el artista en ellas. Las preferencias se dividieron entre pintura de gran formato y arpilleras", aseveró a Xinhua.
En el caso de las arpilleras, profundizó, los estudiantes pudieron interpretar y conectar fácilmente con las obras, identificando el contexto histórico político y social de estas.
"En cuanto a la materialidad de las arpilleras, el uso de tierra del museo, además de otros materiales menos convencionales, les pareció sorprendente y coherente a la vez", subrayó.
Otra de las obras destacadas en la muestra de Matta es la imponente "Fango original, ojo con los desarrolladores", que es interpretada como una pieza crítica a la vigilancia social y las tensiones políticas de los años 70.
Debido a su origen aristócrata y no haber vuelto a Chile tras el golpe de Estado de 1973, Matta es criticado por la intelectualidad del país sudamericano por su distancia con la realidad chilena y su cercanía con la élite cultural europea, entre ellos André Breton, Salvador Dalí y René Magritte.
"Fue también muy importante en el Museo de la Solidaridad, con lo cual es un artista que está muy comprometido con su país en término políticos, sociales. Yo no me atrevería a decir que es un artista no chileno, sino en determinado momento con un dolor hacia su país y por alguna razón no volvió más", remató Brodsky.