Por José Gabriel Martínez y Douglas Martínez
AHUACHAPÁN, El Salvador, 4 jul (Xinhua) -- Con más medio siglo de convertir el calor de la tierra en electricidad limpia, El Salvador es reconocido actualmente por ser el líder centroamericano en generación de energía geotérmica y hacer de esta una fuente de desarrollo.
Más allá de iluminar hogares, la geotermia ha encendido oportunidades en el país centroamericano a modo de empleos, educación y progreso para comunidades enteras que conviven con las plantas generadoras.
La Central Geotérmica Ahuachapán, inaugurada en 1972 y cuyas operaciones arrancaron en 1975, ha sido pionera en la producción de energía a partir del calor de la tierra.
LAGEO, la empresa estatal a cargo de la operación de la planta, genera en la actualidad cerca del 22 por ciento de la electricidad que consume el país a través de sus diferentes centrales geotérmicas.
"Nosotros vivimos por y para las plantas geotérmicas", afirmó con orgullo en entrevista con Xinhua Ricardo Figueroa, gerente de la Central Geotérmica Ahuachapán y quien acumula dos décadas de experiencia en el sector.
"Nuestra energía es 24-7 (tiempo completo) para el país. Se siente mucho orgullo de pertenecer a esta empresa (...) porque esta energía va a hogares, va al sistema educativo", refirió.
De acuerdo con Figueroa, la planta funciona extrayendo vapor geotérmico a más de 150 grados centígrados de profundidad, el cual mueve turbinas acopladas a generadores que inyectan en promedio 78 megavatios por hora al sistema eléctrico nacional.
"Utilizamos tecnología japonesa de turbinas de choque y sistemas de control de última generación, lo que nos permite generar de manera segura y eficiente para el país", detalló.
La ubicación geográfica de El Salvador, dentro del cinturón de fuego del Pacífico, le proporciona una ventaja natural para este tipo de energía, y la apuesta del Gobierno por su fortalecimiento ha sido evidente en los últimos años.
Figueroa subrayó que el uso de la geotermia en El Salvador se encamina "a través de una visión estratégica para el país", como parte de la cual ya hay dos campos nuevos en exploración: San Vicente y Chinameca, que podrían aportar hasta entre 30 y 35 megavatios adicionales.
Sin embargo, los impactos positivos de la geotermia trascienden lo técnico y energético. En las comunidades aledañas a las plantas, como la colonia Los Ausoles, en las inmediaciones de la Central Geotérmica Ahuachapán, los beneficios se sienten en múltiples dimensiones.
"La comunidad ha cambiado en el sentido de que se siente a los jóvenes más apoyados, las calles más remodeladas. Ya tenemos un poco más de servicios, como la energía eléctrica, y hemos tenido muchos beneficios", relató Alejandra Calderón, habitante de la zona y participante en varios programas comunitarios.
A través de la Fundación LAGEO (FundaGeo), la empresa rectora de las centrales geotérmicas ha implementado proyectos que van desde la capacitación en oficios, como carpintería o elaboración de velas, hasta el mantenimiento de infraestructura básica.
"He sido parte del mantenimiento de la GEO. También he tenido familiares motoristas y trabajadores en la planta", compartió Calderón. "Definitivamente me gustaría que otros lugares del país tuvieran estas mismas oportunidades", añadió.
FundaGeo, creada en 2006 como brazo social de LAGEO, ejecuta programas de desarrollo humano, productivo y ambiental en los municipios cercanos a las plantas.
René Flores, responsable de Proyectos de la fundación, explicó que uno de los programas más innovadores es el uso alternativo de la geotermia en la elaboración de productos como velas aromáticas.
"Nos enfocamos más en la persona. Con la idea de que puedan hacer emprendimientos y tenerlo como un negocio familiar", dijo.
"Tenemos proyectos en diversas áreas: salud, educación, infraestructura social y productiva. Siempre buscamos que tengan una proyección social y generen empleo en la zona", añadió Flores, destacando que la fundación trabaja desde 2007, con más de una década de impacto directo en el desarrollo económico local.
El manejo ambiental de la geotermia también ha sido clave en el reconocimiento internacional que ha recibido El Salvador. "La GEO en ningún momento lanza agua vertida a ríos o quebradas. Todo el flujo es reinyectado de manera eficiente. Ese manejo es 24 horas del día", enfatizó Figueroa.
La empresa ha recibido distinciones como el Premio Nacional al Medio Ambiente y menciones honoríficas por su compromiso con procesos limpios y sostenibles.
El Salvador cuenta en la actualidad con una capacidad instalada de más de 200 megavatios en geotermia y planea ampliar su red con proyectos en Chinameca y Berlín, en el oriente del país. De concretarse, estas iniciativas podrían añadir al menos 12,4 megavatios a corto plazo y hasta 50 megavatios en fases posteriores, fortaleciendo aún más la matriz energética del país.
El modelo geotérmico salvadoreño, que combina eficiencia energética, compromiso ambiental y responsabilidad social, se presenta como una experiencia exitosa y replicable para otros países volcánicos en desarrollo. En palabras de Calderón: "Veo a futuro a todo joven exitoso, desarrollándose en su empleo personal y crecimiento con los proyectos que hemos aprendido con FundaGeo y LAGEO".