Por Sylvia B. Zárate
BOGOTÁ, 30 jun (Xinhua) -- Cada año, más de 12 millones de hectáreas de tierra fértil desaparecen del planeta al convertirse en desiertos por el avance de la desertificación, fenómeno intensificado en América Latina por el cambio climático y por actividades humanas que afectan la salud de las personas, explicó en entrevista con Xinhua el médico y especialista en el cambio climático, Camilo Prieto.
"A nivel físico, la pérdida de los suelos fértiles reduce la disponibilidad de alimentos, esto contribuye a la malnutrición y la inseguridad alimentaria", subrayó.
Explicó que la degradación del suelo y la disminución de la vegetación favorecen tormentas de polvo, lo cual conlleva a que haya material particulado suspendido, deteriorando la calidad del aire y afectando la salud de las personas.
"También la desertificación termina vinculada a la escasez de agua limpia, y esto también aumenta el riesgo de enfermedades relacionadas con la restricción hídrica", dijo.
Prieto también mencionó el impacto en la salud mental de los humanos derivado de la desertificación, que ya afecta a más de 100 países en el planeta y que en Colombia impacta al 40 por ciento del territorio nacional.
"La pérdida de los medios de vida, el desplazamiento forzado que termina induciendo esa degradación del suelo, producen ansiedad, depresión y algo interesante que se llama 'solastalgia' (duelo por la transformación negativa del entorno), que se produce en estos contextos", comentó.
El profesor de la Universidad Pontificia Javeriana reconoció la importancia de conmemorar el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (17 de junio), que este mes reunió a cientos de expertos internacionales en Bogotá para visibilizar la problemática que suele pasar desapercibida y para fortalecer las políticas públicas de restauración ecológica y uso sostenible del suelo.
En el caso de Colombia, la desertificación no es un problema aislado, sino un desafío estructural que exige acciones inmediatas, según Prieto.
"Es urgente promover prácticas agroecológicas que conserven el suelo, como rotación de cultivos, uso de coberturas vegetales, reforestación con especies nativas, y algo importantísimo en Colombia es la implementación de los sistemas silvopastoriles intensivos, que ojalá reemplacen la ganadería extensiva", sostuvo.
Prieto recordó que esta es la segunda actividad humana que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia, después de la deforestación.
De igual forma alertó que América Latina, especialmente países como México, Argentina, Brasil y Perú, también atraviesan por procesos severos de degradación de la tierra con un fuerte impacto social.
"Algo que me gustaría aclarar es que la región en general, América Latina, es una de las más vulnerables al cambio climático, lo que agrava la escasez hídrica, y además enfrenta un alto nivel de conflictos por el uso de la tierra", advirtió.
El experto lamentó el efecto de la combinación de sequías prolongadas con prácticas agropecuarias no sostenibles, que están ocasionando una pérdida de cobertura vegetal que va deteriorando extensas áreas y que reduce la resiliencia de los ecosistemas naturales y también de los intervenidos por seres humanos en áreas rurales.
Por esta razón, consideró fundamental que los gobiernos promuevan intensamente proyectos de desarrollo colectivos agroecológicos enfocados en conservar el suelo, como la rotación de cultivos, el uso de coberturas vegetales y la reforestación con especies nativas.
"La restauración ecológica no es solo una estrategia ambiental, es una herramienta poderosa de transformación social, podría decirlo de esa manera. Restaurar las tierras, restaurar el suelo, restaurar los ecosistemas, puede ayudar a prevenir conflictos por el acceso a los recursos naturales, y es clave también ofrecer alternativas económicas en los territorios afectados por la violencia", concluyó.
Bogotá recibió del 14 al 19 de junio a representantes de 90 países en el Foro Global por la Tierra, que enmarcó la conmemoración del Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía 2025.
Durante el encuentro, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, envió un mensaje a los dirigentes del mundo para que tomen medidas urgentes que permitan mitigar la sequía que enfrenta el planeta y que obliga a millones de personas a dejar su hogar cada año.
"Si reparamos el daño que causamos a la Tierra, obtendremos grandes beneficios (...) reparar el daño ayudará a reducir la pobreza, generará empleo, protegerá las fuentes de agua, protegerá los alimentos y mejorará los ingresos", manifestó.
De acuerdo con la ONU, el 40 por ciento de la superficie terrestre ya está degradada y, si las tendencias actuales se mantienen, para 2030 será necesario restaurar 1.500 millones de hectáreas e invertir 1 billón de dólares para contrarrestar esta degradación.