CUSCO, 26 junio, 2025 (Xinhua) -- Imagen del 20 de junio de 2025 del rector de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Eleazar Crucinta, hablando durante una entrevista con la Agencia de Noticias Xinhua, en Cusco, Perú. El nuevo puerto peruano de Chancay no solo representa un hito logístico y económico para el país sudamericano, sino que puede convertirse en un espacio de proyección cultural entre China y Perú, planteó Crucinta. (Xinhua/Zhao Kai)
Por José Aguiar, Meng Yifei y Zhu Yubo
CUSCO, Perú, 26 jun (Xinhua) -- El nuevo puerto peruano de Chancay no solo representa un hito logístico y económico para el país sudamericano, sino que puede convertirse en un espacio de proyección cultural entre China y Perú, planteó el rector de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Unsaac), Eleazar Crucinta.
El rector la Unsaac consideró en entrevista con Xinhua que esta infraestructura portuaria, localizada a 80 kilómetros al norte de Lima (capital) y desarrollada por la compañía china Cosco Shipping Ports, significa también acercar civilizaciones milenarias y una oportunidad para "visibilizar nuestras culturas".
Crucinta recordó que en noviembre de 2024, Cusco fue sede de un evento académico que reunió a historiadores y arqueólogos de ambos países, en el que resaltaron similitudes en tradiciones, arte y visión de mundo.
Uno de los momentos más significativos fue la muestra "La Luz del Sol: Exposición de Aprendizaje Mutuo de las Antiguas Civilizaciones Shu e Inca", en el Museo Inka del Cusco, donde se exhibieron piezas o conjuntos de réplicas de objetos representativos de las ruinas de Sanxingdui y Jinsha.
El entrevistado comentó que muchos jóvenes peruanos pudieron observar entonces por primera vez piezas originales de la cultura china, lo que causó gran impresión en niños, adolescentes y universitarios que acudieron de manera masiva a la muestra.
Para Crucinta, la exposición constituye un ejemplo de que la cooperación cultural puede fortalecer la identidad y el entendimiento mutuo.
En tal sentido, mencionó que el puerto de Chancay también puede ser una vía para mostrar al mundo la cultura viva de Perú y permitir que ambas civilizaciones sigan con la construcción de lazos basados en el respeto y la memoria ancestral.
Especialistas han considerado que el megaproyecto de Chancay, inaugurado en noviembre de 2024, es el punto de partida del Camino Inca en una nueva etapa, lo que explicó el rector al relacionar las dos infraestructuras como aportaciones a la humanidad y a la región.
El antiguo Camino Inca o Qhapaq Ñan (sistema vial andino) fue el eje vertebral del desarrollo del Tahuantinsuyo (Imperio Inca) y surgió desde la Plaza de Armas de la región de Cusco (centro-sur), al conectar los cuatro grandes caminos del imperio hasta los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador, "prácticamente casi toda América del Sur".
El académico sostuvo que se trató de una red "esencial" para el tránsito de personas, alimentos y bienes que comunicaba la costa, la sierra y la selva, lo que generaba una economía articulada e integrada con un fuerte componente social y político.
En espacios como el Huánuco Pampa, el centro administrativo inca, la red permitió el intercambio de productos mediante prácticas que no solo implicaban el trueque, sino también el diálogo y la información comunitaria.
El Camino Inca funcionaba entonces como vía para cohesionar a las comunidades y fortalecer la estructura del antiguo Estado.
A decir del especialista, el transporte de productos por esas vías, que se realizaba con llamas (camélidos) de carga o mediante cargueros andinos, podía tardar meses, pero los incas lograron notables hazañas.
De acuerdo con crónicas de la época, el inca podía en cuestión de días consumir pescado fresco trasladado al Cusco desde la sureña Arequipa, gracias a la eficiencia de los "chasqui", que eran los mensajeros del imperio, así como a técnicas de conservación como el secado.
Crucinta consideró que un caso similar ocurre con el nuevo puerto de Chancay, que ha logrado reducir de 35 a 23 días el tiempo de transporte hacia Asia y viceversa, lo que a su vez disminuye costos logísticos y aumenta la competitividad de los productos peruanos.
Productos que requieren de baja temperatura para su transportación como uva, palta (aguacate), espárrago o arándanos, entre otros, se ven beneficiados por el menor tiempo de tránsito marítimo, lo que a su vez ofrece mejores condiciones a los mercados de Asia, según las autoridades locales.
Para el entrevistado, Chancay se ha convertido en el nuevo punto de partida del Camino Inca, ya que, como en la época incaica lo hizo Qhapaq Ñan, el puerto está facilitando un nuevo tipo de intercambio entre ambas naciones y la región.
Aclaró, no obstante, que para ello es necesario que el Estado peruano supere brechas logísticas y de infraestructura, por ejemplo, en el sector transporte que debe mejorarse a través de políticas pertinentes.
Crucinta observó que la proyección del Qhapaq Ñan en relación a Chancay tiene también un valor cultural profundo, pues así como el antiguo Camino Inca articuló pueblos y conocimientos, el naciente puerto puede convertirse en un nuevo canal de integración que promueva el diálogo entre civilizaciones.
A pesar de las diferencias de desarrollo, el rector subrayó que ambos pueblos mantienen valores milenarios compartidos y una de las coincidencias más significativas está en su relación espiritual con la naturaleza, al estar presentes el culto al Sol, la Tierra y los astros, tanto en la cosmogonía andina como la china.
Tanto Perú como China son pueblos con legados milenarios que pueden reconocerse de forma mutua desde sus raíces, pero el desafío radica en proyectar esa herencia hacia el futuro, al aprovechar las oportunidades modernas sin dejar de lado la esencia cultural que los define, según la explicación del rector universitario.