Por Carina López y Pool Contreras
MÉXICO, 24 jun (Xinhua) -- Un equipo de científicos mexicanos desarrolla nuevos compuestos para el tratamiento del cáncer de mama con mayor especificidad, al dirigirse únicamente a las células cancerígenas y así lograr la nulidad o el mínimo efecto secundario en el daño al tejido sano.
El proyecto de investigación es promovido por la institución de educación superior Instituto Politécnico Nacional (IPN) de México y busca reducir las reacciones adversas más comunes en los tratamientos contra este tipo de cáncer, por ejemplo, daños en corazón, riñones o hígado, lo que representa un avance significativo en la búsqueda de procedimientos más seguros y eficaces.
Para implementar la iniciativa, la científica de la Escuela Superior de Medicina del IPN, Marlet Themis Martínez Archundia y sus colaboradores utilizan técnicas bioinformáticas con el fin de examinar alrededor de 1.600 compuestos y predecir un posible efecto sobre la proteína tetraspanina CD-151, relacionada con la metástasis.
"En este laboratorio usamos distintas técnicas computacionales de manera relevante y reciente. Utilizamos reposicionamiento de fármacos, lo cual quiere decir buscar nuevos tratamientos en fármacos ya existentes y previamente probados", explicó Martínez Archundia a Xinhua.
"Entonces, el proyecto va dirigido a buscar nuevos fármacos que pudieran unirse con una afinidad y que tuvieran algún potencial inhibitorio", agregó.
Refirió, asimismo, que la investigación se centra en el estudio del cáncer de mama porque es un problema de salud presente en México y en otros países de América Latina, con cifras de mortalidad elevadas.
"La dificultad real es poder tratar de innovar y de poder tener otras estrategias para el tratamiento del cáncer de mama, que específicamente en México es la segunda causa de muerte en mujeres de 25 a 59 años (...) hay mucho que hacer", mencionó la científica, galardonada por la organización británica para fomentar las relaciones culturales y educativas, British Council, como mentor en Ciencias en 2022.
Se buscan, además, nuevos biomarcadores que se encuentren en niveles muy elevados en las células del cáncer triple negativo.
Para ello, se hacen análisis mediante biología de sistemas en los que se observan las vías que se perturban en células normales y cancerosas de este subtipo para identificar nuevos blancos terapéuticos.
Derivado de estas investigaciones, la científica y sus colaboradores han encontrado un "fármaco estrella", probado en líneas celulares con actividad similar a los medicamentos comerciales, pero con mayor especificidad sobre líneas cancerígenas en comparación con células sanas.
"En el caso de ahora, lo que vamos a hacer es sobre la tetraspanina CD-151, una proteína que está relacionada con procesos metastásicos, tanto para cáncer de mama y cáncer de cerebro", detalló la entrevistada, quien agregó que "es así como usamos las técnicas computacionales para poder seleccionar los fármacos que serían más promisorios".
Ahora, continuó Martínez Archundia, se realiza toda la parte de evaluación biológica en líneas celulares, que "es una de las grandes fortalezas" y "sin esto no se puede progresar ni ir a otras etapas".
La investigadora agregó que hasta el momento no existe cura para el cáncer de mama metastásico, pues solo se le trata con quimioterapia, terapia hormonal y biológica, por lo que el desarrollo de nuevos fármacos y componentes busca ofrecer alternativas basadas en terapias dirigidas.
El cáncer de mama metastásico es la forma más avanzada y agresiva de esta enfermedad, caracterizada por la diseminación a órganos distantes.
Este progreso se considera prometedor para el abordaje del cáncer de mama metastásico, ya que abre nuevas posibilidades de mejorar la respuesta al tratamiento y ofrecer esperanza a pacientes con esta condición avanzada.