BEIJING, 24 jun (Xinhua) -- Cada año, por esta época, China, de repente, se llena de jóvenes. Ya sea dando vueltas por ahí con el pelo teñido de deslumbrantes colores, ya sea buceando, aprendiendo a conducir o viajando de vacaciones al extranjero. Cada año, al llegar el verano, toda una generación de chinos llega a la adultez.
Con la presentación del "gaokao", el examen de ingreso a la universidad, que este año se realizó a comienzos de junio, los graduados de secundaria de China no solo respiraron aliviados, sino que también abrieron sus billeteras, o las de sus padres, para dar rienda suelta a la ya conocida "economía pos-'gaokao'", ofreciendo un vistazo a cómo los jóvenes de 18 años de este país ven el dinero y la libertad.
Para los jóvenes de hoy, esta etapa se está convirtiendo en un rito de paso, un breve período para forjar una nueva identidad antes de comenzar la vida universitaria, de acuerdo con un reportaje publicado el martes por el periódico en inglés China Daily.
Datos de la agencia de viajes en línea Trip.com muestran que las reservas aumentaron un 88 por ciento tan solo unos días después del examen. Para la mayoría de estos nuevos adultos, viajar fue una de las primeras decisiones que tomaron tras llegar a la mayoría de edad.
Los padres están pagando la cuenta de lo que muchos llaman "consumo de recompensa". Muchas tiendas de electrónica han reportado un crecimiento de dos dígitos en las ventas de teléfonos inteligentes, computadores portátiles y tabletas, regalos que siempre se han considerado esenciales para la vida universitaria. Además, la venta de "wearables" inteligentes también ha aumentado. A medida que los graduados de secundaria se convierten poco a poco en tomadores de decisiones independientes y participantes clave en el mercado, sus preferencias van marcando las tendencias de consumo, impulsando tanto mejoras en el mercado como innovación en los productos.
Sin embargo, esta tendencia de consumo no es puramente materialista; la mayoría de estos jóvenes están invirtiendo en sí mismos.
Aprender a conducir es una de las opciones más populares para quienes recién se gradúan de la secundaria, mientras que muchos otros se inscriben en gimnasios y clubes de natación para esculpir la figura perfecta antes de entrar a la universidad. Incluso el aumento de las citas para blanqueamientos dentales y cirugías de doble párpado demuestra la preocupación que los jóvenes tienen por su apariencia.
A diferencia de las generaciones anteriores, que asocian el consumo con el puro disfrute o el estatus, los adolescentes de hoy ven el gasto como una forma de alcanzar su máximo potencial. Por lo tanto, ¿tintes de pelo rosa? ¡Claro! ¿Cambios de imagen inspirados en el anime? ¿Por qué no?
No obstante, bajo tanto resplandor se esconde una advertencia. La forma en que las familias gastan decenas de miles de yuanes en experiencias "imprescindibles" para los adolescentes está generando debates sobre la racionalidad del consumo.
Los dermatólogos, por ejemplo, han expresado su preocupación por la seguridad de los tintes baratos para el cabello, mientras que las agencias de viajes informan que hay padres que gastan grandes fortunas en paquetes vacacionales de lujo.
La clave está en el equilibrio, por lo que los jóvenes deben controlar el deseo de seguir ciegamente todas las tendencias.
La preferencia de las generaciones más jóvenes por la calidad sobre la cantidad está transformando industrias enteras. Ellos están pasando de buscar un mero valor utilitario a conseguir satisfacción emocional y resonancia. Las empresas se están adaptando a esta tendencia, alineándose con las preferencias de los jóvenes, priorizando la calidad, la personalización y la diferenciación tanto en productos como en servicios.
Los Gobiernos locales también pueden identificar mejor las demandas emergentes, mejorar la oferta de alta calidad, establecer mecanismos sostenibles y transformar el impulso a corto plazo en motores de crecimiento a largo plazo, concretando en última instancia mejoras integrales en el consumo.
Más allá de las cifras económicas, estas decisiones de gasto revelan una profunda realidad: Los jóvenes chinos no solo se están preparando para la universidad, sino que están ensayando la vida adulta a su manera. Al tiempo que empresas y responsables políticos toman nota, una cosa está clara: El futuro pertenece a quienes ven el consumo no como un fin, sino como un medio para construir la vida que imaginan.
