BEIJING, 29 abr (Xinhua) -- En la vida moderna, empleamos nuestros teléfonos móviles para numerosas actividades, desde pagos en línea hasta ubicar nuestra posición en el mapa, pero una aplicación china está utilizando los clics de sus usuarios para un fin diferente: plantar árboles en el desierto.
El proyecto ecológico "Bosque Hormiga" es una plataforma en línea donde los usuarios acumulan "energía verde" a través de acciones amigables con el medio ambiente, como usar bicicletas compartidas, reciclar papel o efectuar pagos sin dinero físico. Tras disponer de cierta cantidad de energía, pueden solicitar la plantación de un árbol desde sus teléfonos.
Por cada árbol virtual adquirido por los usuarios, la aplicación permite sembrar uno real en zonas desérticas o que necesitan restauración ecológica en el país.
Con un formato similar al de los juegos y la gratificación de poder ayudar a resolver un problema en la vida real, la plataforma ha sumado unos 700 millones de usuarios en toda China y ha construido una impresionante red de voluntarios y trabajadores para las labores de reforestación.
600 MILLONES DE ÁRBOLES
Recientemente, viajé hasta el distrito de Fengning en la ciudad de Chengde, provincia de Hebei, a unos cuantos cientos de kilómetros de la capital china, Beijing, para sumarme al ejército de voluntarios del Bosque Hormiga, que se disponía a sembrar su árbol número 600 millones desde cuando se inició el proyecto, hace cerca de nueve años.
Allí conocí a Hao Zhiwei, quien está en la plataforma casi desde el principio y hoy es uno de los usuarios más destacados, con 48 árboles plantados en todo el país. Hao me mostró orgulloso en su teléfono móvil la localización exacta de todos los que ha sembrado, así como el tipo específico de cada uno.
"Espero que podamos unirnos, prestemos atención a la protección del medio ambiente y plantemos árboles juntos", me dijo poco antes de sembrar el que fue su número 49, un pino silvestre, en la ladera de una montaña del cantón de Xiaobazi, perteneciente al distrito de Fengning.
En la actividad de plantación, con motivo del Día Internacional de la Tierra, también participaron grupos más numerosos, como el de Lei Xinguang, procedente de la bandera izquierda de Alxa, en Mongolia Interior.
Lei dirige una cooperativa que gestiona más de 26.000 mu (1.733 hectáreas) de plantaciones de "retama del desierto" (hedysarum scoparium), una planta resistente que fija las dunas.
"Antes la arena nos perseguía, ahora son las flores las que persiguen a la arena", me aseguró Lei, contento de llevar sus flores hasta las montañas de Xiaobazi.
IMPACTO LOCAL
Hace apenas unas décadas, el distrito de Fengning era una de las principales fuentes de arena y una ruta tradicional de las tormentas que azotaban Beijing, pero los esfuerzos de reforestación han cambiado el paisaje radicalmente. Si no me hubiesen afirmado que aquella zona solía ser un desierto, habría creído que se trataba del mismo paisaje de tonos verdes claros, tan característicos del norte y noreste de China.
"Hace más de veinte años, el distrito inició una campaña masiva de reforestación y hoy la cobertura forestal alcanza aquí el 58 por ciento, un crecimiento de más del 30 por ciento", me explicó Gao Guojiang, de 60 años, exjefe del Partido de la aldea Fuerying del cantón de Xiaobazi.
Desde 2021, Gao se incorporó al proyecto del Bosque Hormiga y ha ayudado a los internautas a plantar árboles en Xiaobazi.
Las iniciativas de mejoras del entorno ambiental no solo significan una opción para los trabajadores vinculados directamente a los esfuerzos de plantación, sino que también favorecen las condiciones para las actividades económicas en general, posibilitando la aparición de más productos ecológicos y un auge de las industrias verdes.
En este nuevo escenario, muchos aldeanos han regresado a sus hogares con nuevas oportunidades en industrias como el turismo y las plantaciones de albaricoques silvestres y espino amarillo, con los que se preparan dulces y jugos muy populares.
COMPROMISO AMBIENTAL
El Bosque Hormiga es solo una de las múltiples iniciativas que están cambiando el paisaje chino. La reforestación y la protección ecológica se han convertido en un consenso social, que une esfuerzos y acciones de diversos sectores.
Además del modelo "internet + reforestación", empresas estatales brindan tecnología y fondos para apoyar proyectos verdes. La Universidad Agrícola de Zhejiang de China ofrece cursos sobre mantenimiento de áreas verdes, en los cuales los estudiantes plantan árboles y flores en el campus para obtener créditos.
En Shanghai, los residentes pueden "adoptar un árbol en línea". En la meseta tibetana, la ciudad de Nagqu, antes conocida como la "ciudad sin árboles", ha logrado avances en la plantación experimental en condiciones extremas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), China es el país con el mayor y más rápido crecimiento de recursos forestales y la más extensa superficie de reforestación artificial. Un informe oficial chino mostró que, en 2024, se plantaron 4.446 millones de hectáreas de bosques, con una cobertura forestal superior al 25 por ciento y un volumen de almacenamiento que sobrepasa los 20 mil millones de metros cúbicos.
Hoy en día, una línea verde de protección ha frenado el desierto de Taklimakan y, tras 40 años de esfuerzos incesantes, Mu Us pasó de ser un desierto milenario a un oasis. Asimismo, el programa de la Franja Forestal Protectora de los Tres Nortes, como una Gran Muralla verde, bloquea el viento y la arena y posibilita la conservación del agua.
En Xiaobazi, los árboles sembrados por Gao Guojiang a principios de siglo forman ahora un bosque frondoso. A unos cientos de metros, los nuevos arbustos plantados con el esfuerzo de los usuarios en línea comienzan a echar raíces. Es el trabajo de distintas generaciones, de internet a la vida diaria, que está logrando el reverdecimiento de China.