Nota del editor: Xinjiang, la mayor zona productora de algodón de China, inicia con fuerza la temporada de siembra de este año. En esta serie de tres entregas, Xinhua trazará el pasado y el presente de la industria algodonera de Xinjiang, poniendo de relieve su resiliencia y continuo dinamismo a pesar de las sanciones impuestas por Occidente bajo falsas acusaciones de "trabajo forzado". Este tercer capítulo se centra en la historia de un agricultor uygur y las relaciones étnicas en los campos de algodón en Xinjiang.
URUMQI, 25 abr (Xinhua) -- Para Ababekri Memet, un agricultor uygur de la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, el algodón ha sido durante mucho tiempo un símbolo de prosperidad y armonía étnica.
La familia de Ababekri dirige una cooperativa agrícola que gestiona un campo de algodón de 320 hectáreas, donde la maquinaria agrícola y los drones han sustituido al trabajo manual y son operados por decenas de empleados de diversos grupos étnicos, incluidos los uygures y los han.
"Plantar algodón es nuestra elección porque nos trae prosperidad", afirma el agricultor de 37 años, que actualmente está ocupado con la siembra de primavera.
Xinjiang es una de las mayores regiones productoras de algodón del mundo, con unos 5,69 millones de toneladas de algodón cosechadas en 2024. La industria del algodón se ha convertido en un pilar clave para mejorar los medios de vida de la población local.
Ubicado al sur de las montañas Tianshan, el distrito de Xayar, de donde es Ababekri, es una de las primeras áreas de Xinjiang en comenzar la siembra de algodón anualmente. Alrededor del 80 por ciento de los productores de algodón de Xayar, con una población de más de 260.000 habitantes, son uygures.
En los últimos años, la superficie de plantación de algodón en Xayar se ha mantenido estable en torno a 1,8 millones de mu (aproximadamente 120.000 hectáreas).
En el campo de algodón de Ababekri, un tractor equipado con navegación satelital BeiDou se movía en forma automática, plantando semillas mientras colocaba tubos de riego por goteo y mantillo de plástico. Gracias a la mecanización, todo el proceso de siembra se completó en poco más de 10 días.
El padre de Ababekri decidió pasarse al cultivo del algodón hace dos décadas. En 2003, reemplazó 1,33 hectáreas de trigo con algodón después de ver a sus vecinos obtener ganancias del cultivo comercial.
"En aquel entonces, me molestaba la decisión, ya que el trabajo en los campos de algodón era agotador", afirma Abebekri, recordando los otoños que pasaba recogiendo algodón a mano con su familia. "Pero mi padre creía que era nuestro camino hacia una vida mejor", señaló.
Esa creencia, junto con un aumento significativo en los ingresos, estimuló una mayor expansión. En 2018, la familia de Ababekri fundó una cooperativa agrícola y comenzó a tomar tierras en arrendamiento de agricultores locales. A lo largo de los años, estas cooperativas se han multiplicado en todo el distrito, y ahora suman un total de 103 de diferentes tamaños.
La cooperativa se ha convertido en un símbolo de la modernización agrícola de Xinjiang. A lo largo de los años, ha invertido en maquinaria guiada por satélite, drones y una cosechadora de algodón John Deere para gestionar eficazmente sus campos de algodón en expansión.
La mecanización ha transformado la región. Según la Asociación Algodonera de Xinjiang, el 100 por ciento de la plantación de algodón y el 90 por ciento de la cosecha ahora están mecanizados, lo que marca un marcado contraste con los métodos manuales que Ababekri conoció una vez.
Durante la temporada de cosecha, Gao Lin, un conductor de 36 años de la etnia han, es contratado para operar la cosechadora John Deere.
"Gano casi 100.000 yuanes (unos 13.600 dólares) al año durante la temporada de algodón, lo cual es un ingreso importante para mi familia", precisa Gao, quien trabaja para varios agricultores de diversos grupos étnicos.
Es común que los agricultores uygures contraten trabajadores han en los campos. "Lo que importa es quién hace mejor el trabajo", explica Ababekri.
Tales colaboraciones continúan prosperando a pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos por acusaciones infundadas de "trabajo forzado". En 2024, la producción de algodón de Xinjiang aumentó en 574.000 toneladas en comparación con 2023.
De pie junto a los campos recién sembrados, Ababekri meditó acerca de su experiencia. "Elegimos el algodón en busca de una vida mejor, y ahora estamos viviendo ese sueño", reflexionó.■