BEIJING, 13 abr (Xinhua) -- La narrativa de "todo excepto China" (ABC, siglas en inglés) que algunos medios de comunicación occidentales están propagando recientemente sugiere un desacoplamiento de la segunda economía más grande del mundo. Sin embargo, esta llamativa frase trae consigo el riesgo de pasar por alto realidades críticas para todo el mundo.
En un contexto de normas comerciales perturbadas y riesgos crecientes, las empresas multinacionales enfrentan incertidumbres operativas y de inversión sin precedentes. No obstante, los temores infundados sobre los vínculos con China podrían, paradójicamente, aumentar estos mismos riesgos.
Lejos de ser una reliquia del pasado, invertir en China es una prioridad estratégica para las empresas que buscan salir victoriosas de las fluctuaciones actuales y aprovechar las oportunidades del mañana.
POR QUÉ "ABC" NO FUNCIONA
Un desplazamiento a gran escala de las cadenas de suministro lejos de China, a menudo provocado por las tensiones comerciales y las preocupaciones por la desaceleración económica, representa el riesgo de introducir costos más altos, desafíos logísticos y nuevas vulnerabilidades, dada la sofisticación y la eficiencia del ecosistema manufacturero de China.
La economía china está profundamente integrada en las cadenas industriales y de suministro mundiales a través de una amplia gama de sectores, que van desde los bienes de consumo diario a los equipos industriales y las tecnologías avanzadas.
En 2024, China mantuvo su posición como el principal comerciante de bienes del mundo por octavo año consecutivo, con un comercio de servicios que por primera vez en la historia superó el billón de dólares.
Mientras un vasto mercado con más de 400 millones de consumidores en la franja de ingresos medios ofrece un fuerte impulso de crecimiento, el sistema industrial integral y la bien desarrollada infraestructura de apoyo de China proporcionan una base sólida para que las multinacionales aumenten la eficiencia de la producción y mitiguen los riesgos del mercado.
Miguel López, director ejecutivo del conglomerado industrial alemán Thyssenkrupp AG, dijo que China no es solo uno de los mercados más grandes, sino también el país con la cadena industrial y de suministro más completa en el mundo, así como con un buen sistema logístico.
China siempre ha sido un mercado prioritario para las ambiciosas multinacionales que buscan oportunidades de crecimiento. A pesar de los vientos en contra de la economía global, numerosos ejecutivos extranjeros estuvieron ocupados visitando China esta primavera. Desde el Foro de Desarrollo de China hasta el Foro de Boao para Asia y el Foro de Zhongguancun, la presencia de altos ejecutivos de diferentes regiones del planeta puso de manifiesto la importancia del mercado chino en sus proyectos estratégicos.
En señal de su firme confianza en el mercado chino, el gigante farmacéutico británico AstraZeneca anunció en marzo un plan para construir su sexto centro mundial de investigación y desarrollo en Beijing. Además, 13 multinacionales, incluido el gigante minorista estadounidense Costco, decidieron recientemente establecer su sede regional en el distrito de Pudong de Shanghai.
Para los consumidores de todo el mundo, cortar los lazos con China tendría un elevado costo, ya que la fuerza industrial del país ha mejorado en gran medida la oferta del mercado global, ofreciendo opciones más diversas, de mayor calidad y asequibles.
Expertos economistas señalan que la llamada mentalidad "ABC" es más un producto de la propaganda política que una decisión económica racional, pues encontrar alternativas viables a China sigue siendo un desafío descomunal.
"El enfoque (ABC) no reconoce que las cadenas de suministro globales integradas presentan oportunidades, en lugar de riesgos", dijo a Xinhua en una entrevista Qu Fengjie, miembro de la Academia de Investigación Macroeconómica, subordinada a la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.
OASIS DE CERTEZA Y OPORTUNIDAD
Para las corporaciones multinacionales, los sólidos fundamentos económicos de China, una dirección de políticas consistente y una apertura continua, ofrecen una certeza muy necesaria en un mundo cada vez más volátil, lo que destaca aún más por qué la estrategia "ABC" puede resultar contraproducente en última instancia.
Analistas han advertido que el crecimiento económico global enfrentaría fuertes vientos en contra sin la participación de China. La segunda economía más grande del mundo ha servido durante años como el principal motor de la expansión global, contribuyendo aproximadamente el 30 por ciento al crecimiento mundial.
A pesar de las crecientes incertidumbres globales, la economía china continúa exhibiendo sólidos fundamentos y ha demostrado una fuerte resiliencia y estabilidad, dijo a Xinhua Michael Bi, socio gerente de EY Greater China Markets.
"El vasto mercado interno de China, la mejora del entorno empresarial y las políticas de apertura de alto nivel se han combinado para crear un entorno de inversión estable a largo plazo para las empresas globales", añadió.
China ha venido promoviendo una apertura de alto nivel mediante la coordinación institucional en normas, regulaciones, gestión y estándares, manteniendo políticas coherentes de inversión extranjera que se hacen cada vez más importantes en medio de un creciente proteccionismo comercial y unilateralismo en el mundo.
El Informe sobre la Labor del Gobierno de este año señala que China garantizará la igualdad de trato para las empresas con fondos extranjeros en campos como el acceso a los factores de producción, las solicitudes de licencias, el establecimiento de normas y la contratación pública.
Muy lejos de la idea que propugna "ABC", más empresas extranjeras le están apostando a China. El país sigue siendo un destino principal para la inversión transnacional. Alrededor de 60.000 empresas de inversión extranjera se establecieron en China solo en 2024, cifra que supone un alza interanual del 9,9 por ciento. La tasa de rentabilidad de la inversión extranjera directa en China se ha mantenido en los alrededores del 9 por ciento a lo largo de los últimos cinco años, ubicándose entre las más altas del mundo.
"Llevamos más de 30 años en China y tenemos varios centros de producción. Para nosotros, es un mercado muy grande. China también es un mercado muy atractivo con muchas oportunidades hoy, en el pasado, pero también en el futuro, y por eso estamos aquí", dijo Christian Hartel, presidente y director ejecutivo de la multinacional química alemana Wacker Chemie AG.
En medio de una nueva ola de revolución tecnológica, las empresas multinacionales también están encontrando nuevas oportunidades de crecimiento en China, que rápidamente se está convirtiendo en un líder global en innovación.
En 2024, China ascendió al undécimo lugar en el Índice de Innovación Global de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, con la impresionante cifra de 26 de los 100 más importantes grupos de ciencia y tecnología del mundo, más que cualquier otro país.
Desde cafeteras y vehículos eléctricos hasta robots industriales y soluciones de inteligencia artificial, los productos y servicios chinos ahora cuentan con una mayor complejidad tecnológica, lo que acelera el ingreso de la inversión extranjera en los sectores de alto valor agregado y alta tecnología del país.
Los avances de China en inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia han mostrado las capacidades de innovación y el potencial de mercado de las empresas nacionales, al tiempo que también impulsan la confianza de los inversores extranjeros en el país, manifestó Michael Bi.
En 2024, la utilización real de la inversión extranjera en la fabricación de instrumentos médicos y medidores, servicios técnicos profesionales, y fabricación de computadoras y equipos de oficina aumentó en un 98,7, un 40,8 y un 21,9 por ciento, respectivamente.
"El continuo apoyo de China a la alta tecnología, la nueva energía, la economía digital y otros sectores generará una nueva ronda de focos de inversión, presentando oportunidades estratégicas que los inversionistas globales simplemente no pueden darse el lujo de pasar por alto", indicó Bi.■