JARTUM, 21 mar (Xinhua) -- Las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) retomaron hoy viernes el control del palacio presidencial en el centro de Jartum, la capital de Sudán, que había sido controlado por paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) desde mediados de abril de 2023, según la televisión oficial TV Sudán.
Las fuerzas de las FAS "lograron aplastar a los elementos restantes de la milicia en las zonas centrales de Jartum, incluidos el mercado Al Souq Al-Arabi, los edificios del Palacio Republicano y los ministerios", anunció el portavoz de las FAS, Nabil Abdalla, en una declaración televisada.
"Nuestras fuerzas han destruido por completo al personal y equipo del enemigo y se han confiscado grandes cantidades de sus equipos y armas en las zonas mencionadas", añadió.
La batalla por el palacio se intensificó en los últimos cuatro días, en los que las FAS desplegaron aviones de guerra y drones contra los combatientes de las FAR atrincherados en edificios altos e instituciones gubernamentales. La artillería pesada y los ataques aéreos causaron grandes daños, y los activistas compartieron imágenes de incendios en el centro de Jartum.
Desde febrero, el ejército sudanés ha recuperado la mayor parte de Jartum, y las FAR solo mantienen algunos bastiones, como la zona de Jabal Awliya, en el sur, donde se encuentra una importante presa.
El sábado, el comandante de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, insistió en que sus fuerzas no se retirarán de Jartum ni del palacio presidencial. Sin embargo, las FAR han ido perdiendo terreno en el centro de Sudán a pesar de mantener el control sobre gran parte del oeste del país y partes de la capital.
El domingo, el cuerpo blindado del ejército sudanés lanzó una operación a gran escala en Jartum, avanzando hacia el norte y el este para enlazar con el comando general del ejército en el centro de la ciudad. Este movimiento reforzó aún más su control sobre los combatientes de las FAR en el palacio.
Sudán está sumido en un conflicto entre las FAS y las FAR desde mediados de abril de 2023, en el que se han perdido cerca de 30.000 vidas, de acuerdo con Armed Conflict Location and Event Data (ACLED), un grupo de seguimiento de crisis citado por las Naciones Unidas.